Peñarroya nace como aldea en el siglo XIV y crece como villa a partir del impulso minero en el siglo XIX; al igual que el núcleo de Pueblonuevo del Terrible con el que se fusionará en 1927. Se desarrolla como ciudad a partir de 1929, título éste concedido por el Rey Alfonso XIII en dicha fecha. Vive su época de esplendor entre los años 20 y 60 del presente siglo y le toca sufrir a partir de entonces una etapa de crisis, de la cual está resurgiendo, gracias a la dirección del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo y a la ayuda de las distintas Administraciones. Tiene una situación estratégica en el corredor natural de Córdoba-Badajoz, que la convierte en centro vital de la zona NO de la provincia, contando con abundantes medios endógenos para su desarrollo. Sus 12.000 habitantes se enfrentan a un futuro esperanzador con su talante hospitalario y trabajador, con las huellas indelebles de la minería, convencidos de sus propios valores.