Con la inauguración taurina, hoy jueves, del Coliseo de Almedinilla, se cierran casi tres lustros que podrían catalogarse como históricos en lo que a la consolidación de los recintos taurinos de nuestra provincia se refiere. Así, en estos últimos quince años, Pozoblanco, Lucena, Belmez, Montoro, Priego y ahora Almedinilla han sido testigos de esta apuesta por mantener en algunos casos y crear de nuevo cuño en otros, unos edificios estrechamente ligados a la historia de estas localidades, superando varios de ellos ampliamente el siglo de existencia.

Al margen de la plaza de la capital, uno de los ejemplos más singulares de esta particular "apuesta" cordobesa por el mantenimiento de los cosos taurinos es Lucena, donde, tras constituirse una sociedad de propietarios particulares, se proyectó la construcción de un moderno y funcional recinto, inaugurado el 16 de julio del 2006.

Cinco años antes, en septiembre del 2001, se reabría al público la plaza de toros de Pozoblanco tras ser sometida a una remodelación integral, adaptando a la nueva normativa el vetusto coso inaugurado en el año 1912. Varios meses después de que Pozoblanco recobrara su actividad taurina cerraban sus puertas al público plazas de Priego y Belmez, corriendo esta última algo más de suerte que la prieguense, ya que el 8 de septiembre del 2007, e igualmente tras ser sometida a una importante intervención, era reinaugurada. Por su parte, el coso prieguense de Las Canteras, tras nueve años de obras, recuperaba su actividad el 20 de marzo del 2011.

Durante la primera década del presente siglo XXI también asistimos a importantes intervenciones en la plaza de toros de Montoro, que transformaron por completo el coqueto coso haciéndolo más seguro y cómodo, mientras que en Cabra, que tiene a bien ser el recinto más antiguo de la provincia, ya que su inauguración se produjo el 24 de junio de 1857, la sociedad propietaria también llevó a cabo varias actuaciones destinadas a mejorar los accesos a los tendidos y, en definitiva, a garantizar la seguridad de los espectadores y los profesionales de la lidia.

Pero si intensa ha sido la actividad en lo que llevamos de siglo, las últimas décadas de la pasada centuria fueron testigos de dos hechos cuanto menos reseñables en este sentido, como fue la construcción de la plaza de Villanueva de Córdoba, de titularidad municipal e inaugurada el 6 de agosto de 1983, mientras que, en el otro extremo de la provincia, el Ayuntamiento de Benamejí hacía lo propio el 11 de septiembre de 1995, tras finalizar la construcción de su coqueta plaza, combinando elementos de la anterior portátil que poco a poco fueron sustituidos por estructuras estables.

Y así llegamos a la inauguración del Coliseo almedinillense, un espacio multifuncional y de original arquitectura que desde el pasado verano ha acogido un gran número de eventos pero que hoy jueves celebrará su primer festejo taurino, en el que desde finales del pasado año trabaja una comisión creada al efecto. Así, cuando a las seis de la tarde clarines y timbales anuncien el despeje de plaza y el inicio del espectáculo, Almedinilla se habrá sumando a esta larga nómina de localidades de la provincia que han apostado de manera decidida por mantener e incluso construir de nueva planta sus plazas de toros.