Carlos Baquerín, diputado provincial del grupo Unión Cordobesa, que ha venido ejerciendo de portavoz del grupo y que mantenía una batalla legal con la institución provincial para que se le mantuviera tal consideración, pese a que el otro miembro del grupo y presidente de su partido, Rafael Gómez, había pedido que se le retirara y a que la propia presidencia, previo informe del secretario, tampoco le reconocía como tal, anunció ayer, antes del pleno ordinario de febrero, que abandona dicha portavocía por motivos de salud.

Este abandono, dijo, no quiere decir que les dé la razón a los que pretendían que lo dejara, pues su opinión no ha variado, sino que llega a la misma por motivos de salud y por agotamiento físico y mental, pero señaló que no abandonará su puesto de diputado.

Además, dijo que pedirá al juzgado que se exhiba públicamente el contrato por medio del cual los integrantes de la lista de UCOR se comprometieron a pagar 100 millones de euros si abandonaban la formación. El motivo de solicitar tal contrato es primero carecer de copia y segundo, ver si se puede declarar nulo para ver si puede tomar la decisión de abandonar el grupo.

Por otro lado, Baquerín indicó que seguirá acudiendo con vigilancia policial a su grupo municipal en el Ayuntamiento de Córdoba para evitar sucesos como los ocurridos recientemente en que fue, según dijo, insultado y agredido, aunque después se negó desde el grupo.