La casualidad hizo que Leonor Tarradas aterrizara hace ocho meses en Lyon, Francia. A esta licenciada en Bellas Artes le corre la creatividad y las ganas de viajar por la sangre. Estudió su carrera en Madrid, y la remató con una beca Erasmus en Atenas. Allí conoció a Raphael, un francés de 24 años. Su historia se forjó hace ahora dos años y, desde entonces, tuvieron claro que querían intentar un futuro juntos. Por eso, tras licenciarse, buscaron trabajo por todo el mundo. El chico fue el primero en conseguir tan difícil meta, la oportunidad laboral surgió en Lyon, y Leonor no dudó en hacer sus maletas para seguirlo.

Ahora trabaja como fotógrafa freelance y sueña con montar una tienda galería de arte con sus obras. Por eso ha creado su propia marca LT, bajo la que firma sus creaciones de ropa, ya que, además de hacer fotografías y pintar, diseña complementos de moda artesanales. Trabajar de forma independiente le ha permitido habituarse al día a día liones. "Aquí es fácil adaptarse si sabes francés". Aprendió el idioma gracias a su chico, y para mejorar su escritura asiste dos veces por semana a clase. También practica la danza africana, es una "buena excusa para hacer amigos", cuenta.

Esta cordobesa, criada en el centro, siempre ha tenido claro que quería vivir en el extranjero, sin embargo, Francia nunca había llamado su atención. Pero se ha adaptado rápido y está entusiasmada con la amplia oferta de actividades culturales que propone la ciudad donde vive. Así, cada vez que se toma un descanso, dedica su tiempo a disfrutar de la artesanía, los mercados al aire libre, las galerías y los recovecos de la antigua ciudad medieval. "Cada rincón de Lyon es una maravilla", asegura.

Leonor reconoce que la cultura lionesa se aleja de la de Córdoba, "no me gustan los horarios, el día se termina muy pronto y las calles nunca están llenas", detalla. No obstante, quedó "sorprendida por la amabilidad y la buena disposición de la gente, muy similar a la de los cordobeses". En cuanto a infraestructuras, señala que Lyon y Córdoba son parecidas "ambas son ciudades muy cómodas porque son pequeñas y todo está cerca, aunque, estéticamente no se parecen en nada". Lyon tiene enormes ríos que atraviesan por pleno centro de la ciudad y hace mucho frío. Por su parte, Córdoba, "conserva un aire muy hogareño y lo que más hecho de menos es el olor a azahar de la primavera, que no hay en ninguna otra parte del mundo", recuerda.

Pero si hay algo que extraña, además de su familia, a quienes visita menos de lo que le gustaría, es la comida. A pesar de que Lyon es la cuna de algunos de los chefs más famosos del planeta, y la segunda ciudad universitaria de Francia, lo que hace que el patrimonio gastronómico sea más asequible, esta cordobesa sigue "añorando el salmorejo, el flamenquín y los cafés de La Corredera bajo el sol del invierno".