Sobre las nueve y media de la noche, la teniente de alcalde de Desarrollo, Rafi García, acompañada por varios concejales, pulsó el botón de encendido del alumbrado extraordinario que lució el bulevar Carlos III durante los cinco días de la feria carloteña, compuesto por 32 arcos de lámparas leds de bajo consumo.

De nuevo el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento organizó durante la primera noche de los festejos, cuyo cartel anunciador de este año ha sido obra del fotógrafo local, Paco Luke, la tradicional cena de los mayores, a la que asistieron 200 personas, cincuenta de ellas de la residencia de ancianos y centro de estancia diurna José Lázaro Civill, y el resto de jubilados, recibiendo un homenaje y una placa los que han cumplido los 65 años en 2012. Las camareras que sirvieron la cena fueron voluntarias de la cooperativa de servicio a domicilio de la población. Los mayores demostraron su vitalidad, alegría y destreza en un animado baile que se celebró tras la comida, en el que no faltaron los pasodobles, boleros y los ritmos actuales.

Asimismo, las alumnas del Centro de Adultos se reunieron con la edil adjunta de Participación Ciudadana, Carmela Martínez Alcaide, para celebrar un almuerzo en la caseta municipal acompañadas por sus parejas y familiares, actividad que vienen realizando desde hace muchos años. La mayoría de las alumnas que asistieron al acto, ataviadas con trajes de volantes, al finalizar la comida las veteranas educandas se arrancaron por rumbas y sevillanas, transcurriendo la fiesta hasta bien entrada la noche.

El viernes, tercer día de feria, el bulevar Carlos III se vio invadido por una muchedumbre dispuesta a pasarlo bien y olvidar por unos momentos la crisis y los recortes. Sobre la una y media de la tarde, organizado por la asociación cultural taurina, se celebró una clase magistral de toreo de salón que estuvo dirigida por el matador de toros cordobés Rafael González Chiquilín , actual director artístico de la escuela taurina de Córdoba, colaborando también el novillero ecijano Manuel Rodríguez y los aficionados locales Antonio Torres y Juan Plata.

Los chavales que recibieron la magistral lección de Chiquilín fueron los alumnos de la escuela taurina del hotel El Pilar, que correctamente ataviados demostraron las cualidades taurinas que poseen a pesar de su corta edad y que mejoraron su técnica gracias a observaciones que les dictaba el diestro cordobés que ofreció al público asistente una magnífica tanda de muletazos.