A las nueve de la mañana de ayer se abrieron las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Luque, tras 13 meses de obras, en un acto presidido por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, quien, acompañado por el párroco, Jesús Criado, y el sacerdote luqueño Manuel Rabadán, bendijo el templo. El obispo destacó la magnificencia de esta parroquia, comenzando de esta manera una visita pastoral que concluirá el próximo domingo.

Durante las obras aparecieron vestigios pertenecientes a tres eras distintas de la historia local, lo que motivó que se tuviera que levantar todo el suelo del presbiterio y se hicieran cinco catas arqueológicas, de las cuales dos han quedado abiertas y con acceso para conocer las dos criptas. Estas obras han costado 586.000 euros, habiéndose contado con el apoyo del Obispado, del Ayuntamiento y de los vecinos, para lo que se creó una comisión encargada de recaudar fondos. Según ha informado el párroco, aún falta el 30 por ciento del total, quedando todavía muchos metros a la venta de la operación suelo .

Tras recorrer todo el templo, el obispo compartió un desayuno con los asistentes, destacando en ese punto que "los vecinos de este pueblo deben de estar muy orgullosos puesto que tienen un monumento que es casi una catedral".