La Feria del Olivo se ha convertido en un escaparate para difundir al mundo el carácter social que tiene un producto tan nuestro como el aceite de oliva, del que dependen muchas familias de Andalucía de manera directa o indirecta. Por tanto, todos debemos ser conscientes de lo que nos jugamos de aquí en adelante con un cultivo que hay que defender a capa y espada para que el nivel de renta de las zonas rurales se siga manteniendo. Por tanto, las medidas que lleguen de fuera tienen que ser muy meditadas por todos los pueblos, que deben luchar por sus intereses.