La plaga de conejos que padecen los viñedos en el marco de la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles se agrava con el incremento de la población de lagomorfos, que ya supera en un 50 por ciento el número de animales de la anterior campaña, con lo que los daños superan igualmente los producidos en años precedentes.

Además, la plaga ha invadido zonas no habituales como la Sierra de Montilla, donde se cultivan las vides de calidad superior, y en Moriles Alto, donde los daños también son muy importantes. El término municipal de Montemayor también ha sido de los más afectados.

Con el fin de defender las viñas se ha puesto en marcha un dispositivo especial con el que se pretende concentrar los esfuerzos de los agricultores y sociedades de cazadores. El delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, que durante años ha mantenido un dispositivo de control para la población de conejos, reconoce, en declaraciones a este periódico, que se ha producido un "repunte del número de conejos". En este sentido, ha manifestado que "la herramienta que necesitan los agricultores y los miembros de las sociedades de cazadores sigue estando a su disposición en la Delegación de Medio Ambiente, donde, según el delegado, se ha colaborado estrechamente en la lucha contra la plaga y se les facilita el permiso correspondiente para mantener la caza de estos animales en periodos prohibidos y otras actuaciones en sus madrigueras, incluso en zonas próximas a la autovía y carreteras, hasta ahora zonas prohibidas, con lo que se confía en poder conseguir un control de la población que frene los ataques a las vides en estos primeros compases de la campaña.

El presidente de la cooperativa La Aurora, Juan Rafael Portero, y el presidente de la sociedad de cazadores, José Pérez, han puesto de manifiesto la preocupación existente en estos momentos.