La Pasión de Montilla reunió, un año más, a miles de montillanos y visitantes de otros pueblos de la provincia atraídos por este grandioso espectáculo que recrea los 17 cuadros diferentes de la Pasión de Jesucristo. Un acontecimiento en el que participan unas 400 personas del pueblo, actores y actrices, responsables de la dirección escénica, regidores, vestuario, música y sonido, ambientación de exteriores, decorados, carpintería, tramoyistas y otros técnicos de iluminación, diseño y estructuras. Sobre el suelo del polideportivo cubierto municipal se levantaron grandes estructuras que soportan decorados y telones. La complejidad viene dada por el funcionamiento, simultáneo en ocasiones, de las tres grandes embocaduras de casi 90 metros donde se desarrollan las escenas de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La organización de este enorme montaje requiere precisión y coordinación. Ello se consigue con la distribución de equipos de trabajo, tanto en los actores como en el personal técnico. Si la representación resulta impresionante, no lo es menos el movimiento de los actuantes y el resto de los técnicos, que se desplazan con precisión por entre las estructuras que representan la entrada al templo, el Sanedrín, el palacio de Herodes, el Pretorio de Pilatos y otros elementos como el mecanismo hidráulico que permite el levantamiento de la Cruz.

Una peculiaridad de la Pasión es el respeto por las instalaciones deportivas sobre las que se instala el montaje. Ello se consigue haciendo que todas las estructuras sean flotantes sin llegar a apoyarse sobre el parqué de la pista. Las dos representaciones realizadas ayer fueron ovacionadas por el público que asistió a esta escenificación de la Pasión que se integra en la Semana Santa de Montilla, consiguiendo recrear las mismas escenas que desfilan por las calles montillanas en los tronos y pasos de los titulares de las diferentes cofradías y hermandades. María Dolores Navarro, la presidenta de la Pasión, expresó su satisfacción por el trabajo realizado.