"La situación es dramática. Se necesitan medidas de regulación del mercado y que se active el almacenamiento, porque al olivarero ya no se le puede pedir que sea más competitivo". Las palabras son del delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, que se une a la petición para que la Unión Europea (UE) active el almacenamiento privado. "El único problema que tiene el aceite de oliva es su bajo precio. Si el aceite costara 30 céntimos más por kilo se acabarían las historias", afirma Rafael Sánchez de Puerta, gerente de Faeca Andalucía y presidente de la sectorial del aceite en las cooperativas españolas.

El precio del aceite de oliva virgen extra (1,846) se encuentra en el nivel más bajo desde el 2009, año en el que se activó el almacenamiento privado, y ha caído un 30% respecto a enero del 2005. Sin embargo, todavía está por encima del valor de referencia fijado por la UE para activar la retirada de aceite (1,779 euros).

Lo mismo sucede con el lampante, que está a 1,549 euros y roza el valor de referencia (1,524). El precio sí es inferior en el virgen, que cotiza a 1,672, y lleva cinco semanas consecutivas por debajo del precio desencadenante. Por este motivo, la Junta ha instado al Ministerio de Agricultura a que solicite el almacenamiento privado. Si se analizan los mercados desde el año 2006 se observa una caída progresiva de los precios del aceite de oliva. Lejos quedan los 4,19 euros que se alcanzaron en la campaña 2005/2006. Si se observa la tendencia desde el inicio de la actual cosecha en octubre, el valor ha bajado un 6,46% desde entonces al precipitarse hasta los 1,809 euros el virgen extra. La Junta estima que el coste de producción se sitúa entre 2,19 y 2,48 euros.