Ayer se inauguró el edificio que amplía el conservatorio profesional de música Marcos Redondo y con el que se pone fin a los problemas de espacio que han sufrido alumnos y profesores en los últimos años. Al acto asistió la delegada de Educación, Antonia Reyes, y el alcalde de Pozoblanco, Pablo Carrillo, además de la directora del centro, Mari Carmen Alcántara, y otras autoridades.

La representante de la Junta de Andalucía destacó que el nuevo edificio va a dar confort y calidad a la enseñanza que reciben los alumnos y señaló que el aumento de especialidades en el conservatorio (en la actualidad hay 13) tiene que venir de la demanda del alumnado, "pero hay que pensar que el esfuerzo hay que hacerlo no solo en Pozoblanco sino en toda la provincia", al hilo de lo cual puso de relieve que Córdoba tiene que estar muy orgullosa de la calidad y cantidad de enseñanzas artísticas que imparte. Por su parte, Pablo Carrillo destacó el interés municipal en este proyecto que se ha visto no solo con la cesión del suelo sino con la mejora de la calle que da acceso al nuevo edificio. Por su parte, la directora no dejó pasar la ocasión para pedir instrumentos necesarios.

El proyecto del edificio inaugurado lo ha firmado el arquitecto pozoalbense Antonio Angel Ballesteros Porras y la ejecución de la obra ha estado a cargo de la empresa Montealto Infraestructuras SLU. Ha contado con un presupuesto general de 1.063.106,9 euros y la superficie total construida es de 1.130 metros cuadrados construidos.

Las zonas lectivas (aulas y biblioteca) se encuentran en la primera y segunda planta, mientras que los servicios comunes (dirección, administración y auditorio) están en planta baja.

Destaca la fachada de granito, que interpreta los patrones de la tradición arquitectónica local, y el auditorio, que cuenta con un original diseño en madera, así como el desarrollo de las soluciones constructivas acústicas y su aislamiento entre aulas, en el que los técnicos han hecho un especial hincapié. También resaltan las magníficas vistas del entorno que se producen desde el interior del edificio, producto de la enorme permeabilidad del Conservatorio con su entorno.