La cultura empresarial brilla por su ausencia entre los jóvenes. Hoy, las dificultades para acceder a un puesto de trabajo resultan insalvables para la mayoría de ellos. A pesar de que son muchos los apoyos que pueden recibir de las instituciones, que desarrollan programas encaminados a fomentar la formación técnica y la apuesta por incrementar el número de emprendedores, la realidad arroja resultados poco satisfactorios entre los jóvenes. La cultura empresarial roza mínimos. Muy pocos son los que sueñan con crear una empresa donde encontrar su puesto de trabajo. La mayoría se obceca por alcanzar un empleo de funcionario, o por lo menos, un empleo fijo en cualquier empresa solvente.

Siempre ha sido así, a decir verdad. Muchas veces, incluso, alentados por sus progenitores que ponderan excesivamente la seguridad en el empleo y los atractivos del funcionariado. De poco o nada sirven las invectivas del gobierno contra el sueldo de los funcionarios, lo que vienen llevando a cabo los últimos gobiernos con el apoyo de los sindicatos no profesionales y el silencio tácito de una gran masa de poblacion, que no son funcionarios obviamente aunque en alguna ocasión hayan aspirado a serlo.

Los colectivos empresariales, como la Asociación de Empresarios Montillanos Ademo, vienen desarrollando jornadas informativas dirigidas a los alumnos de los útimos cursos en los centros educativos. En esta ocasión, los alumnos de cuarto de Secundaria del colegio Salesiano de Montilla y del IES Emilio Canalejo han participado en la creación de una cooperativa en la que se establecen patralelismos con la realidad.

El mundo cooperativista ofrece muchos atractivos para quienes aspiran a un puesto de trabajo a través del autoempleo. Los alumnos han llevado adelante todos los requisitos administrativos para la creación del centro de trabajo y han aportado una cantidad para constiturlo. Los jóvenes cooperativistas han elegido la Junta Directiva y han consensuado precios de compra para aceite y vino a las dos grandes cooperativas de la localidad, Nuestra Señora de La Aurora y La Unión. Más tarde, han vendido sus existencias en otros centros, aprovechando fiestas o acontecimientos donde se congregan grupos de montillanos. En lo único que difieren estas jóvenes cooperativas de las auténticas, es en la liquidacióbn de los resultados económicos. Aquí los socios están obligados a cederlos a una ONG. Como así han hecho todos los alumnos-socios de esta singular iniciativa. Es evidente que los resultados están garantizados.

Su objetivo principal es el fomento del empleo y de la cultura empresarial entre estos jóvenes estudiantes. El profesor responsable de esta actividad, que se enmarca en las acciones desasarrolladas por la Junta dentro de programa de Centros de Apoyo al Desarrolo Empresarial (Icade), Juanjo Muñoz, se ha mostrado convencido de los efectos positivos de esta experiencia.