Ya lo decía ayer el presidente de Covap, hay que llamar a las cosas por su nombre y el nombre está claro: jamón proveniente de un cerdo ibérico de raza pura, alimentado con bellotas en la dehesa. Pero la confusión en el mercado entre productos que llevan el apellido "ibérico" y la gran cantidad de categorías permitidas hacen necesario un cambio en la regulación. Aquí lo tenemos claro, pero en otras zonas del país no están tan dispuestos a aceptarlo.