El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles ha reducido los daños producidos por el temporal a los viñedos de Montilla-Moriles, después de un análisis de la situación llevado a cabo en estos últimos días. Según manifestaron algunos miembros del órgano rector a este periódico, solo la zona de Aguilar se ha visto afectada en su totalidad por la tormenta que arrasó gran parte del casco urbano de Aguilar y su entorno.

El daño no se limita a los efectos que ha podido ocasionar en sí la riada , sino a los que pueden producirse posteriormente por la rotura de la piel de la uva, que es muy delicada en la variedad vitícola Pedro Ximénez, lo que da paso a la temida botrytis, que ocasiona la podredumbre del racimo.

Según la evaluación realizada por el organismo vinícola, de producirse en los próximos días altas temperaturas y aire seco, el proceso puede detenerse el tiempo preciso para que la maduración del fruto alcance el nivel mínimo exigido en las normas de vendimia, que se sitúa en los 13,5 grados beaumé. Esta maduración se produce mediante una climatología alta de temperatura y de escasa humedad.

Así lo han constatado los distintos representantes de los sectores integrados en el Consejo Regulador Montilla-Moriles, reunidos ayer en la sede central de este organismo vinícola de ámbito comarcal.

En el curso de la citada reunión se acordó fijar "fijar medidas extraordinarias de obligado cumplimiento en las normas de vendimia" para garantizar la calidad de la uva que llega hasta los pretiles de los lagares de todo el marco vinícola de la denominación de origen.

Con este fin, los agricultores se verán obligados a separar la uva sana de la que está afectada; y los lagaristas, cooperativas y bodegas donde se moltura y fermentan los mostos, a disponer de varias tolvas de recepción para separar una uva de la otra. Cuando solo se disponga de una tolva, la molturación se llevará a cabo en distinto horario.