Son tantos los familiares de represaliados y voluntarios que durante los últimos días se han acercado hasta el cementerio de Aguilar para interesarse por el desarrollo de las exhumaciones y por sus antepasados, o para ofrecer su colaboración, que Aremehisa se está planteando la posibilidad de habilitar un punto de información en la entrada del cementerio durante el tiempo que dure la intervención. Según Rafael Espino, las exhumaciones podrían dilatarse durante tres o cuatro meses, en función de las dificultades técnicas que vayan surgiendo.

Si algo tienen claro los miembros de la asociación es que quieren concluir este ambicioso y anhelado proyecto que han estado ultimando durante dos largos años. Gracias a una subvención de 49.000 euros concedida por el Ministerio de la Presidencia y la laboriosa y complicada planificación que durante todo ese tiempo han realizado, las exhumaciones se iniciaron la pasada semana y avanzan a un ritmo adecuado. Espino considera, además, fundamental el trabajo que está realizando el equipo técnico, compuesto por dos arqueólogos, un antropólogo forense, un topógrafo y un técnico en ADN. También destaca el papel de los 57 voluntarios, en su mayoría familiares de represaliados, que han realizado previamente un curso de iniciación a la arqueología y que a lo largo de todo ese tiempo se irán turnando en grupos de 12 a 15 personas. Considera, además, muy importante el apoyo mostrado por familiares y Ayuntamiento.