El Ayuntamiento de Algallarín ha aprobado por unanimidad, en pleno extraordinario urgente, solicitar la declaración de zona catastrófica por los daños ocasionados en la agricultura por las continuas crecidas del río Guadalquivir, que ha llevado aparejada la destrucción de unas cien hectáreas de superficie de regadío de alto valor agrario, de olivos plantados en las parcelas cercanas a sus riberas, dañados o arrastrados por la maleza que, "por falta de limpieza", se amontonaba en su cauce.

El alcalde, Juan Molina, asegura que "el torrente arrancó de cuajo, entre el 6 y el 13 de enero, olivos de la parte sureste del suelo rústico del pueblo de Algallarín, algunos árboles de más de 40 años, ha inundado naves, edificaciones para animales y albergues de agricultores, así como invernaderos, huertos y todo tipo de infraestructuras para las labores agrarias como motores eléctricos, pozos subterráneos, utensilios, herramientas, maquinaria agrícola diversa, etcétera".

De hecho, muchos de los colonos, que son pequeños propietarios y viven exclusivamente de estas parcelas, han mostrado su impotencia por lo ocurrido, por lo que un técnico del Ayuntamiento ha elaborado un parte de daños que supera 1,4 millones de euros. Los afectados consideran que la falta de limpieza del cauce del río ha sido la causa del desastre. También el Ayuntamiento se ha visto afectado por los daños en los caminos rurales, incluso en los accesos al pueblo, que están muy deteriorados en algunas zonas concretas, con socavones peligrosos. La actividad agrícola ha quedado totalmente paralizada en esta pequeña población de casi 700 habitantes.