Aunque Julia Pinto Agredano nació en otra aldea mellariense, Cardenchosa-Los Morenos, se marchó a Madrid de pequeña y allí estudió en la Escuela de Artes y Oficios, especializándose en textiles. A su provincia dedica su tesina, recopilando todos los trajes regionales de Córdoba y recuperando el de Fuente Obejuna, que se encontraba perdido (ella misma confecciona uno, con sus propias manos, y lo dona al Ayuntamiento).

Cuando se casa, en 1991, se establece en Piconcillo y pronto comienza a impartir cursos: repujado en estaño, pintura en tela, cerámica en frío... La Granjuela, Los Blázquez, Valsequillo y Espiel son localidades en las que tiene alumnos la artista. Gracias a la iniciativa Equal, en el 2006 consigue inaugurar su taller en Piconcillo --dista 14 kilómetros de Fuente Obejuna y apenas tiene 70 habitantes--. En él restauró el Resucitado de Cardenchosa, óleos pintados hace dos siglos, vidrieras, todo tipo de muebles, principalmente de los años 30 y 40 del siglo pasado... Hasta una silla de barbero. Ahora trabaja en la restauración de los santos de Cañada del Gamo. ¿Sus proyectos? Ampliar Jayno, su taller, y volver a dar empleo a las dos mujeres que tenía contratadas.