Un jurado popular ha declarado culpable a A.C. de matar a su ex esposa y prima hermana, E.M.P., a la que en junio de 2006 asestó más de treinta puñaladas con el ánimo de prolongar su agonía y causarle el mayor sufrimiento posible aún sabiendo que iba a morir.

En su veredicto, el jurado ha considerado probado que el acusado y la víctima mantuvieron una relación sentimental durante nueve años que finalizó en diciembre de 2005, aunque se mantuvo intermitentemente hasta la Semana Santa de 2006.

Además, en los primeros días de junio de ese mismo año la fallecida viajó hasta Barcelona para aclarar unos asuntos pendientes con el acusado y regresó de inmediato a Peñarroya.

El 12 de junio A.C. viajó hasta Peñarroya y en varias ocasiones amenazó de muerte a su ex pareja, a pesar de que ésta le permitió ver en varias ocasiones a la hija que tenían en común, mientras que durante días se intercambiaron muchas llamadas telefónicas.

Asimismo, el jurado ha considerado probado que sobre las 14.25 horas del 16 de junio de 2006 el acusado se presentó en casa de la mujer.

Cuando se encontraron se originó una discusión entre ambos y accedieron a la casa, momento en el cual el acusado le dio un puñetazo en la cara a E.M.P. y cogió un cuchillo de la cocina con la intención de agredirla.

El acusado asestó a la víctima con ánimo de acabar con su vida más de treinta puñaladas dirigidas hacia el cuello y la parte superior del tórax, de las que veintitrés le ocasionaron heridas en las manos y en los brazos como consecuencia de su intento de defensa.

Además, en los instantes finales de su agresión el acusado le infligió una cuchillada mortal que le alcanzó la arteria subclavia derecha, lo que provocó que perdiera abundante sangre.

En ese momento, según el jurado popular, el acusado detuvo su agresión y no acabó definitivamente con su vida con el ánimo de prolongar su agonía y procurar un mayor sufrimiento al saber que estaba próxima a la muerte.

Asimismo, el acusado, tras dejar mortalmente herida a la víctima, cerró la puerta por fuera y se llevó la llave, de tal forma que la fallecida tardo varios minutos en morir aunque intentó salir de la casa arrastrándose hacia la puerta.

De esta manera, la fallecida sufrió un choque hemorrágico hasta que murió junto a la puerta de su domicilio, donde fue encontrada por su hermano y su cuñada.

El jurado considera probado que el acusado se entregó en el puesto de la Guardia Civil de Torremocha del Campo (Guadalajara) sin tener conocimiento de que estaba siendo buscado por matar a su ex mujer, aunque era consciente de que sería descubierto.

Finalmente, ha afirmado que las pruebas periciales demuestran que al acusado se encontraba en plenas facultades mentales y que su única intención fue matarla y causarle un dolor agonizante.

Ante este veredicto, el Ministerio Fiscal ha solicitado 20 años de prisión al entender que concurre el agravante de parentesco, mientras que el abogado defensor ha solicitado una pena de 18 años de cárcel al entender que no se ha estimado la atenuante de arrebato.