Caballero utilizó una ruta distinta a la habitual para llegar a Barcelona. El acusado subrayó en numerosas ocasiones que no se acordaba de lo sucedido. Según parece, entró en la carretera de Extremadura, cruzó Madrid y cuando pasó por Torremocha se entregó a la Guardia Civil. "Creo que he matado a mi compañera", dijo a los agentes.

Antes se paró a lavarse en un pantano, echó gasolina y tomó café en un bar de carretera. También se intentó suicidar con un destornillador, recibiendo varios puntos de sutura. "En el fondo sabía que había hecho algo que no sé cómo clasificar", confesó ante el jurado, pero "no sabía que me estaban buscando".

La pareja pasó las Navidades del 2005 junta y también la Semana Santa del 2006, según apuntó. Caballero, de 52 años, tiene una hija de una relación anterior "que la conocí cuando ya tenía 18 años".

En el momento de los hechos "estábamos frente a frente" y un poco antes "me dijo unas cosas muy fuertes". Acabó su declaración asegurando que no la oyó pedir auxilio ni tampoco gritar.

Hoy informarán los forenses sobre los 33 cuchillazos que recibió Eva María, de los que 22 fueron defensivos --en brazos y manos-- y solo uno mortal de necesidad.