El dibujante humorístico --habitual colaborador en El País -- Andrés Rábago El Roto presentó ayer en la biblioteca municipal de Puente Genil su último libro, titulado Diálogos figurados II , que recopila los dibujos realizados en dos años de trabajo diario. Pocas veces tiene uno ocasión de poner cara al autor de dibujos satíricos que se erigen en una filosofía actual en ausencia de la voz de los filósofos. Rábago se considera un "personaje secundario" en la pléyade de primeras figuras del periodismo con las que ha trabajado, y destacó a Chumy Chúmez --alma mater de Hermano Lobo -- quien le dio la alternativa como dibujante.

En un diálogo inteligente y amable con el público ofreció las claves de su trabajo y expuso su visión sobre la sociedad y sus problemas. Fue presentado por el profesor de Lengua Francisco Paños, quien dijo que El Roto "no es un hombre público ni famoso, que suelta su zarpazo diario y desaparece".

La labor diaria de Rábago se encamina, según sus palabras, "al reforzamiento de la conciencia colectiva, hacia los mecanismos de defensa frente a la manipulación de masas". Dijo que nunca publica al día siguiente un dibujo, "lo dejo enfriar", y negó ser creador "sino canalizador de ideas, ya que como ser social me debo a los intereses generales de la población". El Roto busca ser "el catalizador del pensamiento del lector" y para ello se basa en los temas de actualidad, sin interesarse por los personajes "figurones" sino por las personas anónimas.