El joven que desde el pasado domingo está siendo interrogado por la Guardia Civil por su posible relación con la muerte de Antonio Navajas Castro --el panadero cuyo cadáver fue hallado el sábado en Fernán Núñez con un disparo en la cabeza-- pasará hoy a disposición del juez de Primera Instancia e Instrucción número dos de Montilla.

Según ha podido saber este diario, desde la comandancia de la Guardia Civil en Córdoba se avisó en la mañana de ayer al Colegio de Abogados de que se necesitaba la presencia de un letrado para asistir a E.C.B., que desde el domingo por la tarde permanece en las instalaciones del instituto armado de la avenida de Medina Azahara.

Fuentes consultadas por este periódico han asegurado que los agentes al cargo de la investigación no han podido imputarle nada formalmente, ya que durante todo este periodo de tiempo ha mantenido su inocencia. La Policía Judicial del instituto armado ha abierto unas diligencias por homicidio, pero en ningún momento ha reconocido este joven su participación en los hechos que acabaron con la vida del panadero.

Como se recordará, el cuerpo sin vida de Navajas, hijo de un conocido industrial de la panadería, fue encontrado por sus cuñados a primeras horas de la mañana del sábado en una vivienda de la calle Angel Espejo, un inmueble que había sido comprado por el matrimonio hacía poco y que se encontraba deshabitado. Para acceder a esta casa tuvieron que entrar por un balcón, ya que las llaves las llevaba Antonio Navajas.

El cadáver presentaba un disparo de arma de fuego en la cabeza --al parecer efectuado a corta distancia-- y sus familiares echaron en falta su cartera y algunos efectos personales.

La alarma entre la familia saltó al no aparecer Antonio, de 37 años, a trabajar en el negocio familiar en la noche del viernes.

Una vez que se dio aviso a la Guardia Civil de esta muerte violenta, los agentes de la Policía Judicial comenzaron la investigación de inmediato, interrogando a su círculo familiar y extendiéndose después a las personas con las que más relación tenía. En este último grupo fueron incluidos varios de sus amigos, entre ellos E.C.B., a quien después de preguntarle el mismo sábado se le requirió al día siguiente para que acompañara a Córdoba a los guardias civiles al objeto de continuar con el interrogatorio.

Antonio Navajas, que deja viuda y dos hijos, fue enterrado el domingo entre innumerables muestras de dolor.