La capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, situada en uno de los laterales del templo renacentista de San Agustín, en Montilla, será reabierta al culto después de décadas en las que ha permanecido prácticamente cerrada para evitar daños y preservar el monumento.

La reapertura se llevará a cabo una vez se hayan concluido las actuaciones que se llevan a cabo en la techumbre de la citada capilla, construida en el siglo XVII para venerar la imagen del Nazareno de Montilla.

Las intervenciones que se están acometiendo tienen por objeto mejorar el estado de la cubierta e impedir la humedad que pudiera dañar irremediablemente los retablos, obras de Cristóbal de Guadix y Gaspar Lorenzo de los Cobos, y los valiosos artesonados con motivos ornamentales de pasión.

Según un comunicado de la hermandad, al detectarse humedades en la capilla se ha procedido a levantar la cubierta y a reponer los elementos dañados. La capilla ofrece valiosas yeserías que realzan este monumento que, junto a San Agustín, está declarado como Bien de Interés Cultural.

La hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores confía en que sea recuperada cuanto antes, si bien la talla del Nazareno permanecerá en el retablo mayor del templo agustiniano, mientras que la capilla estará presidida por la imagen cotitular de la cofradía, la Virgen de los Dolores.

La capilla fue expoliada en 1809 por las tropas napoleónicas. Por este motivo, desapareció una importante colección de objetos de plata a base de candelabros, relicarios y utensilios de altar, según el cronista local Enrique Garramiola Prieto, quien destaca el valor de los objetos tallados en madera chapada con concha de carey, obra del sevillano Cristóbal de Yepes (1622).

El templo de San Agustín, cuya estructura se refleja en la capilla del Nazareno, fue construido en el primer tercio del siglo XVI. A lo largo de su historia ha sido reformado en varias ocasiones. En 1746 se acometieron obras de reforma y posteriormente se realizaron otras de importancia en 1861 y 1864, cuando se hundieron la techumbre y el coro.