La Zona Montilla-Moriles ha paralizado prácticamente el proceso de eliminación de viñedo hasta tanto se haga firme la propuesta de la comisión sobre la reforma del reglamento de la nueva OCM del vino. El texto provisional incluye la aportación de primas para quienes decidan abandonar el cultivo manteniendo la propiedad de su parcela.

El proceso de eliminación de viñedo se viene desarrollando de forma continuada motivado por el bajo precio de la uva, el envejecimiento de las plantaciones y la falta de relevo para los viticultores profesionales, cuya edad media se sitúa en los 58 años.

Juan Manuel Centella, presidente de la sectorial de la viña de Asaja, ha manifestado a CORDOBA que la paralización es una reacción positiva a la espera del texto final y que la aplicación puede suponer una amenaza para el futuro del viñedo en la denominación de origen. No obstante, ha destacado que en la propuesta existen aspectos favorables para la denominación de origen Montilla-Moriles. En concreto, se cuestiona la edulcoración de los mostos de bajo grado y se limitan los porcentajes de enriquecimiento alcohólico de los vinos. Según Centella, estas medidas favorecen al sector vitivinícola cordobés, cuyos mostos no requieren adición de azúcares ni sus vinos elevación del grado alcohólico.

Por su parte, la organización agraria COAG ha rechazado la propuesta. El representante de esta organización ante la UE, Manuel Sánchez-Brunete, ha calificado de "nefasto, muy desfavorable e hipócrita" el proyecto con el que la organización se propone destinar el 40% del presupuesto comunitario para el arranque de viñedo. Sánchez- Brunete, que es además presidente del grupo consultivo del vino ante la Comisión Europea, asegura que esta medida va a provocar el abandono de los pequeños viticultores en beneficio de las empresas con mayor entidad. "Es un contrasentido --añade-- que se financie el arranque cuando pocos años más tarde se liberalizará el viñedo en toda Europa". Para el representante de los viticultores, la medida supone, de hecho, una compensación a los viticultores para que renuncien a este cultivo de carácter eminentemente social.

COAG cree que es el momento preciso para trasladar a la Comisión Europea la protesta de todo el sector y la petición expresa de que, en lugar de primar con los fondos de la OCM el arranque, se destine este dinero a mejorar las las infraestructuras de las coperativas para garantizar el acceso a los mercados vinícolas. Según ha manifestado, el valor añadido de esta operación representa la única posibilidad de sobrevivir. Añade que éste es el reto con el que, a corto plazo, debe enfrentarse todo el sector vitivinícola.

COAG considera que la política que alienta la reforma puede ser muy grave, ya que el abandono de viñedo que se ha producido de manera espontánea se verá incrementado sin duda por las cuantiosas primas con las que la OCM pretende subvencionar el abandono de este cultivo.