Patrullas de la Guardia Civil de los puestos de Almodóvar del Río, La Victoria y Fernán Núñez, alertados por la llamada de un vecino de Guadalcázar, procedieron hacia las 8.00 horas de ayer a la detención de diez inmigrantes magrebíes que habían huido de un camión cargado de tomates con destino a Perpiñán, tras hacer un agujero en el techo del camión frigorífico, después de realizar una parada en la estación de servicio Mesego de Aldea Quintana.

El camión, perteneciente a la empresa Transportes Sergio de Moguer (Huelva), había recogido en el puerto de Algeciras un frigorífico correctamente precintado que procedía de Tánger y que, según la documentación aduanera, iba cargado de tomates con destino a Francia y que el transportista debía de llevar hasta Perpiñán.

Al llegar a Aldea Quintana, el camionero entró a la estación de servicio Mesego para repostar los depósitos de combustible. Una vez repostado el camión, aparcó para realizar la parada reglamentaria de conducción, advirtiendo cómo se oían ruidos en el compartimento de carga. Alertado por ello se bajó para inspeccionar la carga y observó cómo por el techo del camión salían unos quince magrebíes que emprendían la huida campo a través, situación que puso de manifiesto avisando a la Guardia Civil, que se personó en el lugar de los hechos sin encontrar rastro de los magrebíes.

Sobre las siete de la mañana, un vecino de Guadalcázar observó cómo un grupo indeterminado de jóvenes magrebíes merodeaban por la localidad y alertó de ello a la Guardia Civil personándose en el pueblo las patrullas de Almodóvar del Río, La Victoria y Fernán Núñez que detuvieron a diez inmigrantes sin que opusieran resistencia.

Trasladados a la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba se instruyeron las correspondientes diligencias y al mediodía de ayer fueron entregados a la Brigada de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía.

El camión tomó camino de regreso hacia Sevilla para reparar el daño causado en el techo, descargar los tomates y ver el estado de este producto y volver a cargar la mercancía buena para continuar el viaje hasta el país vecino.