Fuente Tójar vivió ayer la más singular de las procesiones que se celebran en el municipio --la de San Isidro Labrador--, durante la cual ocho varones, Los Danzantes , ataviados con trajes multicolores y cobijados con tiaras y sombreros bailaron su peculiar danza religiosa en honor del patrón a los sones de guitarra, violín, castañuelas y pandereta, de la misma manera que lo hicieron sus antepasados desde tiempos inmemoriales, y así cada 15 de mayo.

La danza fue ejecutada en ocho ocasiones: la primera vez, los danzantes, que tienen el privilegio de entrar en la iglesia cubiertos con sus gorros, bailaron en el templo (en donde recogieron a San Isidro); y el resto de las veces lo hicieron durante la procesión, cruzándose entre ellos, envolviendo al patrón o bailando el Reondillo . Esta danza monótona, marcada a un ritmo de un 3/4), es monosexual masculina y de veneración --los danzantes reciben al santo de rodillas, adorándole, en la puerta de la parroquia cuando es devuelto--. Estas cualidades confieren a la danza unos rasgos genuinos y tan antiguos que sólo son comparables a los ritos paganos prerromanos de adoración a la Naturaleza, al árbol mayo , y que gracias al Cristianismo, si bien adaptados a su liturgia, se han conservado: Cambio de exaltación al mayo (mes del amor pagano) por el de veneración a la Cruz (mes de María) o, en este caso, a la imagen sagrada de San Isidro.

Finalizada la procesión, que estuvo acompañada por la banda de música de la vecina población de Castil de Campos y por numerosos devotos y cofrades, se quemaron fuegos artificiales y, finalmente, se procedió a la rifa subasta de obsequios donados al santo y al nombramiento de hermano mayor de la Cofradía, que fue acompañado a su domicilio por cofrades y por la banda de música hasta que colocó en su casa la bandera de la hermandad de San Isidro en señal de jerarquía.