El sacerdote salesiano Antonio María Calero de los Ríos recibió ayer de manos del alcalde de Posadas, Guillermo Benítez, el título de hijo adoptivo de la localidad en un acto al que asistieron todos los miembros de la Corporación municipal y numerosos malenos que tuvieron la oportunidad de convivir con el salesiano durante los 15 años que pasó en el municipio.

En la temporada que Antonio María Calero pasó en Posadas, manifestó una profunda preocupación por la formación de los malenos, por lo que creó una escuela primaria y otra nocturna para los trabajadores. Igualmente, se volcó con las familias más desfavorecidas y organizó numerosas actividades musicales, deportivas y culturales.

En agradecimiento a la labor que este sacerdote desarrolló en la localidad, y a petición de una comisión que se formó el año pasado, la Corporación aprobó por unanimidad nombrarlo hijo adoptivo. Según Guillermo Benítez, este nombramiento "reconoce la vinculación que aún hoy existe entre don Antonio y el pueblo de Posadas".

Al finalizar el acto, el sacerdote realizó una donación a Manos Unidas de parte de la congregación salesiana.