Los actos conmemorativos del cincuentenario del colegio de La Asunción de Montilla fueron clausurados ayer con la participación de numerosos montillanos que testimoniaron, de esta forma, su reconocimiento a la labor educativa realizada durante medio siglo por las Esclavas del Divino Corazón.

En el trascurso de la jornada, el Ayuntamiento nombró Hija Adoptiva de la Ciudad a la hermana Marcela Hernández, la primera religiosa llegada a Montilla para la fundación del centro. El alcalde, Antonio Carpio, hizo entrega del documento acreditativo con el que se concreta la participación de la institución municipal en la celebración de las Bodas de Oro del colegio. Asistió al acto la superiora general de la congregación, María Dolores Lázaro, y otras religiosas responsables a nivel provincial y local. La directora del centro, Pilar Casares, ha valorado positivamente los actos celebrados y la participación alcanzada en los mismos. En este sentido, se refirió con emotividad a la figura de Francisco de Alvear, conde de La Cortina, quien cedió su propia casa para acoger el colegio de La Asunción, en 1954.

Los actos se iniciaron con una misa en la parroquia de Santiago, que fue presidida por el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo. Por su parte, la pintora montillana María José Ruiz hizo entrega a la congregación de un óleo realizado por la artista recientemente con la imagen de Marcelo Espínola y Maestre, fundador de las Esclavas. La clausura del cincuentenario se desarrolló en un ambiente de cordialidad en el que cientos de montillanos compartieron una paella en las propias dependencias del centro.