Como cada año, la feria del Valle de Lucena se convierte en una cita ineludible para quienes quieren disfrutar de una de las grandes ferias del año. Cuando el verano está llegando a su fin, la feria del Valle viene a mostrarnos que en Lucena las cosas se hacen bien y por ello es punto de referencia para la provincia.

La unificación de la zona de casetas de marcha, con la joven al fondo, ha sido sin duda un acierto, aunque algunos industriales piensen que su volumen de ingresos haya descendido por ello. Ahora, los jóvenes campan a sus anchas, con unos espacios más amplios donde poder moverse con mayor comodidad, lo que, indudablemente, también influye en la zona de casetas familiares y con música de orquesta donde ahora pasear es un tanto más agradable.

La redistribución de la zona de tenderetes nos permite caminar por una calle donde nos llama la atención desde ambos lados la presencia de tenderetes con multitud de productos a la venta. El público no puede menos que curiosear y, en la mayoría de los casos, ante tanta oferta, pasar sin comprar nada, salvo que el pequeño ponga sus ojos en determinado productos y los padres tengan que rendirse ante las exigencias de los reyes de la casa.

Igual sucede en la llamada calle del infierno en la que la gente se acumula delante de las atracciones esperando que el pequeño en cuestión termine de dar su paseo y les indique a cual le toca en siguiente orden.

La caseta municipal, el Círculo Taurino, la Hermandad del Rocío o el Casino ofrecen a sus habituales un ambiente musical selecto con actuaciones en vivo de orquestas que animen las noches festivas para que todos se diviertan y bailen durante la noche. En la municipal, las actuaciones estelares logran reunir a gran número de personas que acuden a ver en directo a sus ídolos musicales.

Cuando la noche ya está casi agotada, la zona de casetas para jóvenes continúa con un ambiente extraordinario en el que parece que las horas y el cansancio no hacen mella. Por ello es necesario que el sol comience a despuntar para que atisbe el final de una noche que continuará al día siguiente.