Una tradición tan característica de Los Pedroches como es la matanza del cerdo ha sido el baluarte para consagrar un museo donde se exponen todos los utensilios típicos que se han utilizado en Alcaracejos para dar muerte al cerdo y llenar la despensa de los hogares. Las más de 600 piezas que se recogen en el museo no tienen un valor millonario; es más el valor sentimental que el tiempo ha imprimido en ellas. Esta iniciativa cultural tan singular ha sido apreciada por todos los vecinos, quienes no han tenido ningún reparo en desprenderse de estos utensilios ajados por el uso y el paso del tiempo, desempolvarlos y exponerlos a todos los visitantes.

Para no desvincularse del todo de los recuerdos que estos objetos sacan a la luz, cada uno de ellos lleva una tarjeta en la que se registra el nombre del donante. Fueron los mismos vecinos quienes explicaron su uso a un grupo de turistas que acudieron al acto de apertura el pasado viernes.

Nadie quiso perderse la inauguración del museo. Sus tres salas estuvieron repletas de mojinos que admiraron el reparto de las piezas a la vez que degustaron los productos de la matanza, como fueron el chorizo, la morcilla y los torreznillos, regados con vino de pitarra. En esta ocasión, el avituallamiento lo puso el Ayuntamiento; pero el objetivo de este museo es que las visitas puedan disfrutar en directo de las matanzas a la antigua usanza. Así, con la llegada del frío, la actividad del museo será especial, pues tras una cita concertada por grupos de visitantes se matará el cerdo y se harán los chorizos y morcillas con los utensilios que antiguamente se usaban, para que la tradición quede patente en el futuro. Mientras, el resto del año los turistas y curiosos deberán conformarse con el visionado de un vídeo donde se recoge todo el proceso de la matanza.

La antigua casa del médico, donde se ha instalado el museo, también dispone de un patio en el que se pretende ampliar la exposición. Otro de los objetivos que plantea este ambicioso proyecto es completar la muestra con piezas antiguas de labranza, ropas y costumbres para hacer de él un museo etnográfico.