El miércoles se inició la excavación arqueológica de urgencia de la noria aparecida durante el verano en el patio del Palacio de los condes de Hust, con motivo de los trabajos de cimentación de la nueva biblioteca. Tras la paralización cautelar de las obras, dictada por Cultura, la excavación pretende documentar la planta de esta estructura hidráulica y su cronología, según señaló su director, Daniel Botella. Los primeros trabajos indican que se trata de una noria "de sangre", vinculada a una zona de huerta situada junto a las antiguas murallas de la ciudad y a la necrópolis judía. Según Botella, "la calidad del aparejo empleado para su construcción, a dos caras, revela que fue costeada por una persona o comunidad con grandes recursos y que abastecería de agua a una importante zona de regadío". La noria es de planta rectangular, con unas dimensiones de dos por un metro.

Sus gruesos muros aparecen sostenidos por cuatro contrafuertes laterales. En el mismo corte arqueológico han aparecido tres pozos negros y otras tantas tinajas de gran tamaño embutidas en el suelo, que se utilizarían para hacer acopio de agua.

Daniel Botella señaló que "estas construcciones se generalizan durante la época emiral, vinculadas a zonas de huerta y al aprovechamiento del agua". Hasta el momento han aparecido restos cerámicos que van del siglo XV al XVII, aunque se espera que la excavación arroje datos que confirmen la tesis de un origen árabe o judío. De ser así, sería uno de los escasos restos conservados de esta etapa de la historia local.