REPORTAJE EN SU TALLER DE RUTE TIENE MONTESAS Y GUZZIS

Un churrero apasionado en la restauración de motos clásicas

Ha dedicado toda su vida en reunir un colección de 30 motocicletas y ciclomotores de los años cincuenta y sesenta

Un churrero apasionado en la restauración de motos clásicas

Un churrero apasionado en la restauración de motos clásicas

Timoteo Linares es churrero de profesión y restaurador de motos clásicas de afición. "A las dos cosas hay que ponerle un poco de arte", bromea este coleccionista ruteño. Esta pasión viene de lejos: con 15 años construyó un pequeño coche con el motor de una Mobylette. "Primero empiezas desmontando la bicicleta, después lo haces con tu primera moto, y así te inicias en esta afición", dice Timoteo, que cuenta con una colección de 30 ciclomotores y motocicletas.

El tiempo que tiene libre lo dedica a su pequeño taller o a buscar nuevos modelos. La búsqueda de piezas también le lleva mucho tiempo. Hace poco recorrió los 600 kilómetros que separan Rute de Salamanca para hacerse con un sidecar de una Vespa. "La mayoría de las motos las he conseguido mucho más cerca, en chatarreros o compradas a los propietarios que aún las guardaban", según Timoteo, que estuvo tres años detrás del dueño de una Ducati de 1961; "estaba impecable, con la pintura original", recuerda. Entre manos tiene una oxidada Derbi de 125 cc de 1950, modelo cabeza de hormiga . "La llamaban así por la forma del faro, que además era una pieza muy dificil de encajar en el chasis", explica este coleccionista, que anda también enfrascado en una Roa del año 1955 fabricada en Baena.

En otro garaje, Timoteo Linares expone los trabajos ya terminados, especialmente las Montesa de los años sesenta, como la Impala y la Comando Impala. "Lo que más me gusta es su diseño clásico, y todo de metal". También muestra orgulloso una Guzzi Hispania, fabricada en Sevilla. Desde hace 10 años pertenece a un club de aficionados de ámbito nacional, donde recibe catálogos y libros sobre la historia de estos vehículos. En Rute, periódicamente, un grupo de aficionados a las motos y los coches clásicos se reúne y visita museos y coleccionistas de la región. Además de las motos, Timoteo tiene terminado un motocarro Vespacar, y pendiente una furgoneta DKW con suelo de madera, que cuando quede terminada servirá para dar publicidad a su churrería, "que también hay que pensar en el arte de ganar dinero".

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