Un gigantesco roscón de Reyes solidario y pasado por agua

Centenares de lucentinos degustaron ayer los 120 metros del roscón de reyes realizado por la Confitería Nuestra Señora de Araceli para recaudar fondos para la Residencia del Valle. Ni siquiera la insistente lluvia, invitada no deseada durante toda la tarde, logró deslucir el acto celebrado en la plaza Nueva. Durante unas dos horas, ocho personas repartieron más de 2.000 raciones de roscón, para cuya realización se emplearon 150 kilos de harina, 60 kilos de mantequilla, otros 60 de crema pastelera, 40 litros de nata, 30 kilos de azúcar, otros tantos de frutas confitadas, 10 litros de agua de azahar y 3 de zumos de naranja y limón.

Agustín Graciano y Antonio Fernández, autores del gigantesco roscón de reyes, explicaron que una decena de personas trabajó el jueves durante más de 14 horas para realizar el pastel, relleno de crema y nata "y del que, debido a la necesidad de colocarlo bajo un entoldado, sólo hemos montado 70 metros".

Antonio Fernández comentaba que este es su segundo roscón gigante, después del realizado en Jerez hace un par de años, para inscribir su nombre en el Libro Guiness de los Records, algo que finalmente no pudo conseguir al no certificarse notarialmente los más de 250 metros de pastel realizados en aquella ocasión.

Por su parte, Prudencio Uzar, responsable de la Residencia del Valle, mostró su agradecimiento por este acto. "Lo más importante en estos casos no es la cantidad de dinero que se pueda recaudar sino el corazón y entusiasmo que pone el pueblo de Lucena en estas iniciativas", señalaba Uzar, cuya residencia de ancianos atraviesa nuevamente por problemas económicos.

Al éxito del acto contribuyó también la instalación de las atracciones infantiles del Centro Comercial Abierto.

También colaboraron con esta actividad las delegaciones de Fiestas y Participación Ciudadana. Pese a la decepción que supuso la lluvia, ayer ya se pensaba en la próxima edición.