Una escuela taller recupera unode los mejores retablos barrocos

Coincidiendo con la festividad de San Nicasio, patrón de Priego y primer titular de la actual ermita de Nuestra Señora de la Aurora, ayer sábado se procedía a la inauguración de los trabajos de restauración del retablo mayor de esta última, considerado como uno de los mejores de la localidad, llevados a cabo durante los últimos trece meses por los alumnos y monitores de la escuela taller Niceto Alcalá-Zamora. El acto, en el que se dieron cita numerosos miembros de la hermandad así como representantes del resto de las cofradías prieguenses, contó con la presencia de los miembros de la Corporación municipal, encabezados por Tomás Delgado, y de Emilio Flores, que en representación del INEM puso de manifiesto la importancia de las escuelas taller en la inserción laboral y en la recuperación del patrimonio, destacando que fue en Priego donde se puso en marcha en 1988 la primera iniciativa de estas característcas en la provincia.

Por su parte, el primer edil prieguense agradeció y reconoció públicamente el trabajo realizado, reiterando la importancia de las cinco escuelas taller que se han puesto en marcha en la conservación del patrimonio histórico-artístico, así como en la inserción laboral de los numerosos jóvenes que han participado.

En lo que a la intervención se refiere, ésta daba comienzo en el 2001 con el desmontaje de las numerosas piezas que componen el retablo, que una vez numeradas fueron trasladadas a las instalaciones de la escuela taller, donde se procedió a eliminar la suciedad de las mismas, protegiéndose y fijándose posteriormente el oro. Con el objetivo de asegurar en un futuro la estabilidad del dorado se afianzaron todos los estratos con papel de seda que tras su secado fue eliminado junto a los restos de cola, limpiándose nuevamente todas las piezas, aplicándose a éstas un barnizado de protección, así como un fungicida contra los xilófagos y un consolidante en el reverso de la madera para su conservación.

MONTAJE DE LAS PIEZAS

Una vez tratadas las piezas, se procedió al montaje de las mismas sobre una estructura de listones que se asemeja a una retícula, consituyendo ésta su nueva estructura, proceso en el que fueron extraídos muchos clavos y grapas colocados en anteriores intervenciones. Posteriormente, dio comienzo la reconstrucción de los desperfectos existentes en la talla y el rellenado de las grietas con estuco, realizándose su reintegración cromática igualando y reproduciendo con colores el efecto del oro.

Paralelamente, el módulo de albañilería ha llevado a cabo varias actuaciones de cierta importancia en el muro al que se encontraba adosado el retablo, construyéndose un nuevo sistema para el montaje del mismo a base de cuatro pilares metálicos verticales a los que van adosados perfiles horizontales sobre los que descansan las piezas, ya preparadas para colgarlas en su nueva ubicación, agrupadas en retículas.