Muere arrollada por un tren Talgo una mujer de 32 años

Cuando todavía no se han apagado los ecos del infortunado accidente que costó la vida a una mujer al chocar su vehículo con el coche que conducía su marido, un nuevo hecho luctuoso ha vuelto a conmocionar a los montillanos. María Dolores Cabello Lara, una joven de 32 años natural y vecina de Montilla, perdió la vida ayer al ser arrollada por el tren Talgo Málaga-Madrid que acababa de salir de la estación de Montilla en dirección a Córdoba.

La infortunada joven, casada y madre de un hijo de 9 meses, aún se encontraba con vida en el momento en que se personó en el lugar de los hechos una ambulancia del Centro de Salud de Montilla, pero, a pesar de los repetidos intentos por reanimarla, los daños recibidos en la cabeza, fundamentalmente, y en otros órganos de su cuerpo eran tan graves que la joven murió sólo unos minutos más tarde.

Los hechos sucedieron ayer a las 16,35 horas, en el paso a nivel con barreras situado entre las Bodegas Gracia Hermanos y la estación de ferrocarril de Montilla, en el kilómetro 49,259 de la línea férrea Córdoba-Málaga.

La infortunada joven cruzó la vía en el momento en que el tren Talgo 200 Málaga-Madrid abandonaba la estación, adonde llegó con seis minutos de retraso respecto a su horario habitual. En el momento del impacto, el convoy acababa de arrancar y marchaba a poca velocidad. Sin embargo, según testigos presenciales, aunque el conductor trató de detener el tren al observar el movimiento de la joven, se produjo el arrollamiento. Con todo, sólo la locomotora había sobrepasado la línea del paso a nivel con barrera cuando el tren se detuvo y regresó a la estación donde permaneció durante 24 minutos antes de reiniciar su marcha. Al parecer, la víctima había abandonado sobre las barreras su bolso momentos antes de ser arrollada.

Una vez alertados los servicios sanitarios del Centro de Salud de Montilla, se desplazó una unidad hasta el lugar de los hechos. Como ya se ha dicho, la joven se encontraba todavía con vida y fue trasladada hasta un espacio inmediato donde trataron de reanimarla con el resultado ya antes referido. El tráfico ferroviario no hubo de ser paralizado en ningún momento.

El cuerpo de la joven fallecida permaneció hasta la llegada de la titular del juzgado número 1 de Montilla, que ordenó el levantamiento del cadáver.