Córdoba afronta el último fin de semana sin feria y el cierre de mayo con miles de turistas entregados al ambiente festivo que se respira en las calles de la capital. Que no haya habido celebración por segundo año consecutivo no ha impedido que los bares, los restaurantes y los comercios festejen una fecha tan especial. Y en ese déjà vu de farolillos y lunares, tanto los cordobeses como los visitantes andaluces o nacionales se entregaron en un brindis por que todo cambie ya, que la Feria se haga realidad el próximo año y el coronavirus quede en un desvarío desdibujado.

Así, con las copas en la mano, un grupo de amigos procedente de Porcuna (Jaén) se conjuró en una terraza de la Judería por un futuro que recuperase el pasado sin pandemia. Los primeros haces de la normalidad más cercana portaban trajes de gitana, que levantaban en el vacío de la fiesta aires de libertad con sus volantes de colores. Una pareja asturiana intercambió el corazón con el recuerdo de unos rincones conquistadores. Y en un «todos los rincones son bonitos» se reflejaba el hechizo del paso por la ciudad, en un viaje de apenas unos días que los llevó por Mérida y en el que Torremolinos (Málaga) aguardaba para dar un descanso durante la marcha por el sur de España. «Es que cada callejuela tiene algo», se sorprendía Delia. Y su esposo, José, confiaba en perderse juntos para encontrar cada espacio en el refugio de las callejas. 

Desde la Mezquita-Catedral un selfi capturaba los últimos alientos de mayo para una ciudad que no podía perderse una pareja de La Línea de la Concepción (Cádiz). De fondo, el Patio de los Naranjos rezumaba curiosidad e interés desde los miles de ojos que pasaron por el monumento en busca de la historia. En total, entre 2.500 y 3.000, según estimaban fuentes del complejo sobre el mediodía. Si cada media hora podían acceder 425 personas, durante la mañana lo hicieron unas 300 o 350. Cerca, el Alcázar de los Reyes Cristianos esperaba a los 900 visitantes -todos los posibles por las limitaciones de aforo- inscritos el día de antes para recorrer los siglos de una construcción que, como explican fuentes del monumento, no ha dejado de ser visitado durante este mes. 

Un caballo blanco atraía a «franceses, ingleses y alemanes, que antes se veían menos», pero también al turismo andaluz y nacional hacia los espectáculos ecuestres que acogen las Caballerizas Reales. «No nos podemos quejar dadas las circunstancias. La verdad es que hemos tenido muy buena acogida, haciendo nuestra promoción habitual, y parece que remontamos», explicaban desde el puesto de venta de entradas. «Hoy estamos llenando lo último que nos queda por llenar, que es la asignación numeral. Creo que vamos a llegar a 400 o algo así», precisaban las mismas fuentes.

El respiro de mayo

Este mes ha supuesto un bálsamo para paliar, aunque no para solucionar, los daños de un sector, el de los servicios, afectado como consecuencia de la pandemia, que cercenó el turismo de una ciudad que intenta resurgir de los meses de vacío. Con la apertura de la movilidad y el simbolismo de mayo que posee Córdoba, este ha dejado unas cifras en cuanto a ocupación hotelera que van a ser difíciles de superar, como señalaba hace una semana el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de Córdoba (Aehcor). 

La ocupación hotelera para el que podría haber sido el primer fin de semana de la Feria si no hubiera llegado la pandemia se situó en torno al 60%, con el 40% de las plazas de los establecimientos fuera del mercado. En esta ocasión, el último fin de semana del mes, el lleno ha ascendido hasta el 75% aproximadamente, con el sábado como día con mayor afluencia de turistas (entre el 85% y el 90%) y el viernes, al 60% de la oferta. Ese ligero incremento, además, ha estado acompañado por una apertura de plazas que, desde Aehcor, cifran en torno al 10%. Es decir, que ahora mismo permanece cerrado cerca del 30%. También subraya el representante del sector que los precios, que bajaron como consecuencia de la falta de demanda, son acusados, especialmente por las empresas más pequeñas.

El final del centenario de Los Patios se ha notado, como afirma Félix Serrano. Aunque recuerda que, históricamente, «la Feria nunca ha tenido el tirón» que tiene la fiesta Patrimonio de la Humanidad para los visitantes. Entre los datos positivos, a simple vista, en comparación con otros meses, la «preocupación» del verano venidero adquiere mayor magnitud mientras se agota mayo. Y, desde la asociación de hoteleros, apuntan a que julio supondrá un mes de cierres, debido a que se trata de una temporada baja que, en suma con la ausencia de turismo internacional, podría anular la rentabilidad.

Sanciones por botellón

El único aspecto negativo estos días lo protagonizan las 14 denuncias impuestas el pasado viernes en botellones de la ciudad, según indicaron fuentes municipales. Cabe resaltar que ninguna de ellas tuvo lugar, eso sí, en el entorno de El Arenal. Estas se suman a las 63 sanciones interpuestas durante el pasado fin de semana en diferentes puntos de la capital por los mismos motivos.