Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Esa es la premisa que al parecer debe seguir el Ayuntamiento de Córdoba contra el botellón, si no lo evitas, contrólalo. Y ya que lo controlas, hazlo bien. Como cada año, el Balcón del Guadalquivir volvió a abarrotarse de jóvenes botella en mano y ambiente festivo para consolidar esta singular costumbre convertida en tradición. Y es que del martes de Feria pasamos al «miércoles de botellón». No hay excusas, ni el bulo del traslado de la zona de concentración ha conseguido disipar el número de asistentes, un falso rumor que puso en alerta a las autoridades del Consistorio viéndose obligado a aclarar mediante un comunicado la falsedad de las informaciones.

Esta práctica social tolerada y, sobre todo, vigilada, se convierte en el atractivo principal del míercoles. ¿Dónde nos vemos? En el botellón. Sin duda alguna. Hasta aquellos que vienen de visita, que no conocen la Feria de Córdoba, saben que es una cita indiscutible si quieres saber qué es venir a la Feria. Y esa es la lucha de cada año, controlar a cada vez un mayor número de personas que ocupan la zona autorizada para tal efecto.

PREPARANDO EL CUERPO // La noche del martes que, junto con el lunes, se considera uno de los días «flojos» de la Feria, sirvió de estimulante para todos los que tenían entre sus planes el visitar los aledaños del Guadalquivir el día de después. Más fiesta que personas, incluso se podía respirar en algunas casetas, misión casi imposible las noches del fin de semana. Un paseo por las calles del ferial dejaba en evidencia la disposición de muchos de disfrutar del miércoles por la tarde y reservar el cuerpo para la guerra del botellón. La calle del Infierno, también.

Este año, los rezagados han sido los protagonistas del día, el flujo de personas se ha retrasado más que en ocasiones anteriores. En torno a las cuatro de la tarde el recinto estaba prácticamente desierto. En cambio, tan sólo un par de horas después, los bajos del río volvían a tener la misma imagen de miles de jóvenes al grito de «alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos...», himno de este tipo de quedadas. Grupos compuestos de compañeros universitarios son sus camisetas customizadas con logotipos y frases ingeniosas han conseguido que este día también se llame entre los jóvenes como el Día de las camisetas del botellón.

Y después de beber ¿dónde se va?, pues a seguir bebiendo. Los cerca de 20.000 jóvenes del botellón trasladaron su diversión a las calles del ferial. Con menor presupuesto, con las ganas un poco más mermadas, pero la vitalidad intacta. Con la fiesta a otra parte, los grupos de estudiantes y amigos que se congregaban allí ocuparon las casetas del Arenal para continuar a lo suyo. Así es el miércoles de Feria, así es la nueva tradición contra la que el Ayuntamiento no encuentra más cura que la de dar su brazo a torcer y conformarse con el premio de consolación de poder controlar el recinto. Eso sí, este año con mayor presencia policial y de Protección Civil, con mayor control sobre la zona acotada, ya no sólo con un cercado, si no con la prohibición de instalarse en las rampas de acceso y salida al Balcón del Guadalquivir para evitar aglomeraciones en estas zonas y ayudando a la prevención de males mayores. Pero la jornada de ayer no fue sólo para el botellón. Por ejemplo, la Calle del Infierno se colapsó con la presencia de una multitud de familias y niños gracias a una jornada de abaratamiento del precio de las atracciones, con sus pros y sus contras: pagas menos pero también durante menos tiempo. Aún así, suficiente para el disfrute de los más pequeños y para el bolsillo de los adultos.

TIEMPO SUAVE Y AMENAZANTE // Otro protagonista más del día de ayer fue el tiempo. El calor dió tregua a los alérgicos y permitió disfrutar de la concentración de jóvenes en las cercanías del Arenal y de los más pequeños en la calle de las atracciones. Este alivio en las temperaturas, que consigue hacer más soportable la estancia en la Feria, nos dejará un regalo de fin de fiesta: una previsión meteorológica nada halagüeña para el sábado de Feria en el que las probabilidades de lluvia ascienden a un 85%.

ATASCOS Y RECEPCIONES // En todo caso se cumplieron las previsiones del Ayuntamiento, como también se materializó ayer el temor que había expresado el concejal Emilio Aumente sobre la posibilidad de que el caótico nuevo acceso al Puente de Andalucía y al polígono industrial de La Torrecilla se colapsase con la salida de la Feria. Ayer, la autovía de Andalucía en dirección a Sevilla registraba colas kilométricas sobre las 15.00 horas.

Y es que la afluencia a la Feria está siendo superior a la de años pasados, incluso con sonados regresos de aquellas comidas de empresa que desaparecieron de golpe con la llegada de la crisis (las comidas y, lo que es peor, las propias empresas). Como ha vuelto la invitación de la Diputación a sus trabajadores en la caseta La Merced, recordó ayer el presidente de la Corporación Provincial, Antonio Ruiz, mostrando sus mejores deseos para el futuro en la retomada recepción. Por cierto, también hay que citar en el capítulo de recepciones a la de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), con una radiante presidenta, Marisol Chacón, luciendo un vestido de gitana de Inma Benicio que daba alegría y confianza en el joven empresariado cordobés nada más ver a su primera represantante.