Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Anuario de la Base Logística del Ejército de Tierra 2025

La Base Logística del Ejército, un análisis desde la distancia

La BLET es una apuesta estratégica para transformar el ejército de tierra, pero también la provincia de córdoba. su éxito estará marcado por la tecnología, pero también por el respaldo que presten las distintas instituciones. sin duda, es una oportunidad única para construir el futuro

Zona en la que se ubicará la Base Logística del Ejército de Tierra.

Zona en la que se ubicará la Base Logística del Ejército de Tierra. / A.J. GONZáLEZ

Emilio Tuñón

Emilio Tuñón

Córdoba

En los últimos cuatro años he visitado Córdoba con cierta frecuencia. En cada visita, el tema de la Base Logística del Ejército de Tierra (BLET) se repetía en conversaciones familiares, con amigos o en encuentros profesionales. Se hablaba del estado de las obras, de la necesidad de mejorar infraestructuras y de los puestos de trabajo que podrían crearse. También comentábamos el impacto potencial en la ciudad, el interés creciente de las empresas o la posibilidad de que universidades y centros de Formación Profesional adaptasen sus estudios a la nueva situación creada por la BLET.

En esas conversaciones yo aportaba la perspectiva de alguien muy vinculado a Córdoba, pero que vive a dos mil kilómetros de distancia. Una lejanía que permite observar y analizar el proyecto de la BLET sin entrar en el detalle del día a día, teniendo en cuenta que, desde lejos, lo concreto se difumina y lo esencial se resalta.

Ese es el enfoque que aquí propongo. Un análisis desde la distancia para entender lo que desde mi perspectiva significa la BLET. Cómo se compara con modelos similares en otros países, qué oportunidades abre en el ámbito tecnológico y social, y qué retos plantea, principalmente para Córdoba. Porque más allá de los titulares sobre inversión y empleo, lo que está en juego es más profundo. Es la transformación de un sistema logístico militar y la creación de un polo de innovación que puede marcar el futuro de la provincia.

De doce a dos: la gran transformación logística

Uno de los cambios más significativos que introduce la BLET lo podemos resumir en la expresión «de doce a dos». En la actualidad, el Ejército de Tierra gestiona sus actividades de mantenimiento a través de doce centros repartidos por España. Ocho de ellos en Madrid y el resto en Córdoba, Guadalajara, Segovia y Valladolid. Con la creación de la BLET en Córdoba y del Centro de Mantenimiento de Aeronaves del Ejército de Tierra en Colmenar Viejo (Madrid), esos doce centros quedarán reducidos a solo dos grandes nodos. El impacto de esta transformación va mucho más allá de un simple traslado de almacenes o equipos. Supone un cambio de paradigma con repercusión directa en las personas, las unidades logísticas del Ejército de Tierra, la forma de trabajar y las ciudades que acogen estas capacidades. La concentración en dos centros no es solo organizativa, también es tecnológica y cultural. Obliga a rediseñar procesos, a formar nuevos perfiles profesionales y a redefinir cómo se entiende el apoyo logístico a las unidades del Ejército de Tierra, tanto las que se encuentran dentro de España como las desplegadas en operaciones.

«El objetivo a alcanzar con este cambio es claro: disponer de un sistema logístico moderno y eficiente»

El objetivo a alcanzar con este cambio es claro: disponer de un sistema logístico moderno y eficiente, capaz de responder a los desafíos de un mundo en constante evolución. Pero para llegar hasta ahí, es necesario afrontar día a día los retos humanos, técnicos, presupuestarios y administrativos, propios de un proyecto de esta magnitud.

El desafío es considerable y la transformación profunda, valiente y decidida. El Ejército de Tierra lo sabe, y también debe saberlo la sociedad. Porque lo que se juega aquí no es solo un cambio interno en la organización militar, sino la capacidad de garantizar que, en cualquier misión del Ejército de Tierra, dentro o fuera de España, nuestras fuerzas cuenten en todo momento con el apoyo logístico que necesiten.

La Gestión del cambio: personas, confianza y expectativas

Aunque el cambio de modelo logístico sea necesario, y en este caso no hay duda de que lo es, no resulta fácil llevarlo a cabo. Las personas tendemos a aferrarnos a lo que conocemos, y cambiar genera dudas, temores, resistencias e incertidumbre, sobre todo en organizaciones con culturas sólidas como es el caso de las Fuerzas Armadas. Porque lo que aporta estabilidad en tiempos normales, también puede dificultar la transición en épocas de cambio.

A menudo, la gestión del cambio se asocia con el mundo empresarial o político, pero, en realidad, es igual de importante en proyectos como la BLET. Desde la distancia, lo que se percibe con más claridad no son los procesos internos, sino la necesidad de generar confianza más allá de los muros de la organización. Y ahí radica la verdadera clave. No se trata solo de infraestructuras y tecnología, sino de acompañar a las personas y territorios en un proceso de transformación que afecta tanto a lo militar, como a lo social y económico.

Asistentes al estand del Ayuntamiento de Córdoba en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (Feindef).

Asistentes al estand del Ayuntamiento de Córdoba en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (Feindef). / A.J. González

Por eso es fundamental abordar el cambio con el cuidado que merece. No se trata solo de ejecutar una reestructuración del sistema logístico del Ejército con eficiencia, sino de acompañar a todos los actores implicados en el proceso. Eso significa escuchar, explicar y generar confianza, no solo entre el personal militar y civil, sino también en empresas, administraciones públicas, ciudadanía y centros de conocimiento y formación. Lograrlo implica alinear intereses, coordinar expectativas y respetar los distintos ritmos de adaptación a la nueva situación. Es un proceso tan estratégico como operativo, donde el éxito se mide tanto en resultados tangibles como en la solidez de las relaciones construidas durante el proceso. Si la gestión del cambio se hace mal, pueden aparecer resistencias internas, perdida de motivación o incluso problemas en el funcionamiento diario, tanto dentro de la organización como en su relación con el entorno. Lo importante, y lo difícil, es convertir el cambio en una oportunidad. Una oportunidad para modernizar, cohesionar, integrar y reforzar vínculos mirando hacia un futuro compartido. El Ejército de Tierra lo sabe y está actuando en consecuencia: planificando procesos, preparando a personas y estructuras para nuevos métodos de trabajo, y coordinando con unidades militares, empresas tecnológicas, universidades y administraciones públicas. Este trabajo interno es indispensable, pero igual de importante es lo que se percibe desde fuera, porque en una iniciativa de esta envergadura, la confianza del entorno es tan necesaria como la preparación interna. En grandes proyectos como la BLET, las cifras suelen acaparar titulares: millones de euros de inversión, superficie construida, tecnología de vanguardia, etc. Sin embargo, lo que realmente marcará la diferencia en el corto y medio plazo será lo intangible: ¿cómo se transita de un modelo a otro?, ¿cómo se lidera ese proceso?, ¿cómo se comunica? y ¿cómo se consigue que todos los implicados, se sientan parte de algo importante?

«Hoy el proyecto de la BLET avanza en un clima de serenidad, indispensable para concentrarse en la consecución de sus objetivos»

En este sentido, la experiencia vivida tras la decisión de ubicar la BLET en Córdoba resulta ilustrativa. Varias provincias habían mostrado interés en acogerla, y la elección de Córdoba generó reacciones y debates intensos, reflejo de la importancia que este tipo de inversiones estratégicas tiene para los territorios. Para superar esas tensiones iniciales, se aplicaron medidas de gestión del cambio que ayudaron a encauzar el debate y a centrar los esfuerzos en un marco más estable. Gracias a ello, hoy el proyecto de la BLET avanza en un clima de serenidad, indispensable para concentrarse en la consecución de sus objetivos.

Garantizar la misión, construir el futuro

Con el calendario actual, la BLET no estará plenamente operativa antes del primer trimestre de 2029. Eso significa que durante varios años convivirán el modelo antiguo y el nuevo. Y mientras tanto, el mundo no se detiene. El contexto internacional seguirá evolucionando, y tanto los desastres naturales como las crisis internacionales y misiones asociadas seguirán exigiendo respuestas rápidas, eficaces y bien coordinadas.

Este será un periodo delicado. La transición exigirá planificación detallada y ejecución rigurosa, pero flexible, para adaptarse a la dinámica de las circunstancias. Lo importante es que, mientras se construye el futuro, no se debilite el presente. El apoyo logístico militar no entiende de periodos de transición, y nuestras fuerzas, dentro y fuera de España, deben seguir contando, en todo momento, con el equipamiento, el apoyo logístico y la capacidad operativa que necesiten. No podemos olvidar que estos requerimientos no dependen de calendarios, sino de la realidad del momento.

La BLET supondrá un salto estructural para la organización del Ejército de Tierra

La BLET supondrá un salto estructural para la organización del Ejército de Tierra / A.J. González

La magnitud del esfuerzo es enorme. Si la BLET cumple sus objetivos, el sistema logístico del Ejército de Tierra saldrá reforzado; de no ser así, nuestras tropas se verán afectadas. En cualquiera de los dos escenarios, Córdoba, como provincia y como sociedad, no quedará al margen. Por eso es importante comprender lo que está en juego y contribuir, cada uno desde su ámbito, a que este proyecto llegue a buen puerto. Porque la BLET no es solo un proyecto del Ejército de Tierra, es también una oportunidad para Córdoba, sus gentes, su presente y su futuro. Una oportunidad que puede convertirse en una iniciativa transformadora, capaz de dejar huella y de la que podamos sentirnos parte. Con orgullo.

Innovación disruptiva en marcha… y no solo tecnológica

La BLET no es simplemente una moderna instalación, representa un salto cualitativo en la forma en la que se concibe la logística del Ejército de Tierra. Estamos ante lo que se denomina innovación disruptiva; es decir, ante un cambio que no mejora lo existente poco a poco, sino que sustituye un modelo completo por otro radicalmente distinto. No se trata solo de optimizar, sino de cambiar las reglas del juego, abrir nuevas oportunidades y acompañar a las personas y entidades implicadas para que nadie se quede atrás.

Hasta ahora, el sistema logístico del Ejército funcionaba con un esquema clásico de almacenes distribuidos por el territorio, inventarios duplicados para asegurar la disponibilidad del material y mantenimiento correctivo tras una avería. Un modelo que hoy en día resulta costoso, lento y poco eficiente.

«La BLET representa un salto cualitativo en la forma que se concibe la logística del Ejército de Tierra»

La BLET rompe con esa lógica. Su funcionamiento se basa en las tecnologías de la Industria 4.0: datos en tiempo real, abastecimiento y mantenimiento predictivos que se anticipan a los fallos y necesidades de material, y automatización de procesos repetitivos y de tareas pesadas o de riesgo. El resultado es un sistema logístico que no solo reduce costes y tiempos, sino que también refuerza la toma de decisiones, amplía capacidades y aumenta la disponibilidad operativa.

Pero lo más llamativo no es solo lo tecnológico. La verdadera dimensión del cambio está en lo cultural y organizativo, en las nuevas formas de trabajar, en los nuevos perfiles profesionales y en las nuevas alianzas que se generan y que desbordan el ámbito estrictamente militar. Se necesitan especialistas en análisis de datos, diseño digital o ciberseguridad y, al mismo tiempo, debemos fomentar una colaboración lo más estrecha posible entre empresas tecnológicas, universidades y centros de Formación Profesional. De esta manera, las fronteras entre lo militar y lo civil se difuminan, generando un ecosistema provincial de innovación.

Equipamientos de logística de la base de la Brigada X en Cerro Muriano.

Equipamientos de logística de la base de la Brigada X en Cerro Muriano. / A.J. González

Este nuevo paradigma es, además, escalable. La BLET actúa como nodo central del sistema logístico militar y su lógica puede extenderse a otras unidades. La BLET no es solo una infraestructura avanzada; es, ante todo, un catalizador de transformación. Es un ejemplo de cómo una organización puede reinventarse desde dentro apoyándose en la tecnología, el conocimiento y la visión estratégica. Se trata, en definitiva, de un laboratorio donde se pondrá a prueba un modelo que marcará el futuro de nuestra logística militar.

Mirando alrededor: ¿qué hacen otros Ejércitos?

La apuesta por la BLET no se entiende del todo sin mirar lo que hacen otros ejércitos. Francia, por ejemplo, concentra el mantenimiento y reparación de todos los medios terrestres de su Ejército de Tierra en el Servicio de Mantenimiento Industrial Terrestre. Con unas 2.300 personas, agrupa sus capacidades en tres bases principales. Cada una de ellas se ha especializado en sistemas específicos: vehículos logísticos y acorazados (medios y pesados); electrónica y armamento; y vehículos blindados ligeros.

El modelo francés es una referencia consolidada. Comparte con la BLET la apuesta por la integración y la especialización, pero mantiene un grado de descentralización superior al de la BLET al organizarse en tres bases geográficamente separadas, según tecnologías y familias de vehículos.

Por su parte, Italia organiza su logística en cinco polos de mantenimiento. Uno para armas ligeras, otro para telecomunicaciones, electrónica y optoelectrónica, dos para vehículos pesados (norte y sur) y un quinto para vehículos tácticos, sistemas de artillería y equipos de defensa NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química).

Aunque el número de polos italianos es menor que los doce centros logísticos que España mantiene todavía, su organización sigue siendo más distribuida que el modelo de la BLET. En Italia, cada polo opera por especialidad, lo que contrasta con la centralización española.

Visto con cierta distancia, lo que más llama la atención del modelo español no son los detalles técnicos, sino la apuesta por centralizar lo que otros tienen distribuido. Es decir, la decisión de concentrar en un solo centro logístico un nivel de integración funcional y tecnológica que Francia e Italia no alcanzan. Se trata de un modelo ambicioso y, por lo tanto, con un nivel de riesgo proporcional a su alcance. Porque la concentración multiplica la eficiencia, pero amplifica también los efectos de disfuncionamientos técnicos, organizativos o incluso de seguridad.

«Cada país configura su sistema logístico en función de factores como su geografía, la organización de su ejército, su doctrina operativa o su industria»

¿Es mejor un modelo que otro? No necesariamente. Cada país configura su sistema logístico en función de factores como su geografía, la organización de su ejército, su doctrina operativa, la capacidad de su industria nacional o el presupuesto disponible. Además, la comparación entre los sistemas logísticos de diferentes ejércitos no es sencilla, porque no existen datos públicos que permitan evaluar con rigor su rendimiento real. Lo que sí podemos afirmar es que, en última instancia, el éxito de cualquier sistema logístico militar se mide por su capacidad para garantizar que sus Fuerzas Armadas dispongan siempre de lo necesario para cumplir su misión, en cualquier momento y lugar.

La comparación internacional ayuda a entender que la BLET no es un paso incremental, sino un salto estructural. Esta percepción se hace más clara desde la distancia, porque lo que destaca en este caso es, precisamente, la magnitud de la apuesta de nuestro Ejército de Tierra. Por ello, puede afirmarse que el éxito o fracaso de la BLET marcará la posición de España en el ámbito internacional de la innovación logística militar.

Preparados para responder, dónde y cuando haga falta

Estar listos para actuar en cualquier lugar del mundo no es una consigna, es una necesidad operativa. En la actualidad, nuestras Fuerzas Armadas mantienen una media de tres mil efectivos desplegados en 16 misiones repartidas por cuatro continentes. Dos ejemplos permiten ilustrar de forma clara la realidad operativa y logística en la que nos encontramos.

El primero es Líbano, donde bajo mandato de Naciones Unidas, las tropas españolas operan en un frágil y peligroso contexto geopolítico que exige un apoyo logístico constante y fiable. El segundo ejemplo se encuentra en el flanco Este de la OTAN -Letonia, Rumanía y Eslovaquia-, donde unidades españolas participan en el despliegue defensivo de la Alianza Atlántica frente a la invasión rusa de Ucrania. En Letonia, desde junio de este año se encuentran unidades de la Brigada Guzmán el Bueno con base en Cerro Muriano. En Eslovaquia operan helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra que, por su naturaleza, reciben el apoyo de su propia unidad logística especializada.

Instalaciones del Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas Nº2.

Instalaciones del Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas Nº2. / A.J. González

Este tipo de escenarios, que sin duda se repetirán en el futuro, muestran hasta qué punto es decisivo contar con un sistema logístico moderno y eficaz, capaz de apoyar a las unidades del Ejército de Tierra allí donde se encuentren, incluso en misiones alejadas y arriesgadas. En este despliegue, los dos nuevos centros logísticos -la BLET y el Centro de Mantenimiento de Aeronaves del Ejército de Tierra-, actuarán como piezas complementarias del mismo engranaje logístico. Cada entidad desempeñará un papel especifico y diferenciado, pero su actuación conjunta será la que proporcione la solidez necesaria al sistema. Su trabajo no solo permitirá ahorrar costes y ganar tiempo, sino que podrá marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una misión.

Logística predictiva: anticipar, no reaccionar

En un mundo donde las operaciones militares dependen cada vez más de la rapidez y precisión del apoyo logístico, anticiparse a los problemas no es solo una ventaja, es una necesidad. Por eso ya no basta con reaccionar cuando surge un problema, hay que adelantarse al mismo. Y una de las grandes innovaciones de la BLET es precisamente esa, apostar por la logística predictiva. Se trata de un enfoque que ya aplican algunos de nuestros aliados y que marca la diferencia entre el viejo modelo logístico y el nuevo.

La logística predictiva busca prever necesidades antes de que aparezcan, detectar posibles fallos antes de que se produzcan y asegurar que, en cualquier misión, lo necesario está disponible justo a tiempo y en el lugar preciso. Frente a la lógica tradicional de acumular grandes cantidades de material «por si acaso», la logística predictiva propone un modelo más ágil, eficiente y sostenible, centrada en la anticipación y en la distribución bajo demanda.

Como toda innovación disruptiva, la BLET no está exenta de riesgos. Implantar un modelo tan distinto del actual supone afrontar desafíos técnicos, organizativos y operativos que no se resuelven de un día para otro. Por eso, el Ejército de Tierra ha optado por un enfoque prudente. Se basa en la obtención y análisis de información, en el contraste de opiniones con expertos y entidades civiles, militares y universitarias, y en la aplicación de un ciclo de mejora continua que permita ajustar el modelo conforme se avanza. Este esfuerzo de diálogo y cooperación se concentra en espacios de encuentro entre el Ejército y su entorno, creados específicamente con este propósito. Uno de los espacios de encuentro más visibles para impulsar esta innovación es el Foro Ejército, Empresa e Innovación (Foro 2E+I), promovido por el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra. En este foro, empresas, universidades y Ejército de Tierra, trabajan conjuntamente en seminarios y talleres de actividades para identificar soluciones tecnológicas a necesidades concretas.

Córdoba ha sido escenario de varios de estos talleres, centrados en cuestiones clave como la evolución de la logística militar en conflictos recientes o la búsqueda de herramientas tecnológicas adaptadas al futuro funcionamiento de la BLET. En este marco, cobra especial relevancia el futuro Sistema de Logística Predictiva del Ejército (SILPRE). Una herramienta diseñada para recopilar y analizar datos en tiempo real, con el fin de anticipar necesidades logísticas. En su desarrollo, la Universidad de Córdoba (UCO) desempeña un papel destacado.

«En este marco, cobra especial relevancia el SILPRE, una herramienta diseñada para recopilar y analizar datos en el tiempo real»

La apuesta por la logística predictiva no es exclusiva de España, forma parte de una tendencia internacional que está transformando la forma de entender el apoyo logístico. Estados Unidos fue pionero tras las lecciones aprendidas en las dos Guerras del Golfo en 1991 y 2003, cuando quedo claro que acumular grandes cantidades de material era ineficiente. Desde entonces, su ejército ha evolucionado hacia un modelo de distribución rápida, precisa y bajo demanda, apoyada en datos en tiempo real.

Francia también trabaja con la logística predictiva e incorpora esta capacidad en su programa de vehículos blindados Scorpion, con el fin de anticipar averías y optimizar el apoyo logístico. Por su parte, Alemania y Reino Unido desarrollan soluciones de monitorización y diagnóstico de sus flotas con fines similares.

En este contexto, el desarrollo del SILPRE coloca al Ejército de Tierra en sintonía con las tendencias tecnológicas más avanzadas de sus aliados. La BLET se convierte así en un espacio donde este enfoque toma forma; en un pilar de innovación logística que no solo moderniza el modelo español, sino que lo sitúa en vanguardia de un cambio de paradigma compartido con los principales ejércitos aliados.

Córdoba en primera línea

En el desarrollo de la logística predictiva y de la BLET, Córdoba no es solo escenario, es protagonista. La UCO participa activamente en el proyecto SILPRE junto a grandes empresas nacionales, aportando conocimiento científico y modelos avanzados de análisis de datos. Pero quizá lo más destacable de la UCO sea su capacidad para actuar de puente entre la investigación académica y el sector productivo, conectando ciencia y tecnología con las necesidades reales de la defensa y de la sociedad.

Unidad de telecomunicaciones de la Brigada Guzmán El Bueno.

Unidad de telecomunicaciones de la Brigada Guzmán El Bueno. / A.J. GONZáLEZ

Este papel no es nuevo. La UCO ya había demostrado su capacidad en 2021, con el proyecto de mantenimiento preventivo denominado MANPREDIC. Proyecto desarrollado con el Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas Nº 2 (PCMVR Nº 2), en El Higuerón y con una empresa tecnológica. El objetivo de MANPREDIC era comprobar si el mantenimiento predictivo podía aplicarse a vehículos militares. Para ello se utilizaron sensores, se recogieron datos, se aplicaron algoritmos de análisis y se comprobó que era posible anticiparse a los fallos. Además, se demostró que con esta tecnología se podía mejorar la disponibilidad de los vehículos y reducir costes. Más allá de sus logros inmediatos, MANPREDIC sirvió como precursor del SILPRE. Las lecciones aprendidas, sumadas a la capacidad investigadora de la UCO y a la experiencia operativa del PCMVR Nº 2, sentaron las bases para un modelo integral de mantenimiento y logística predictiva a gran escala. Este proceso ilustra cómo el Ejército de Tierra ha gestionado los riesgos de un proyecto innovador y ambicioso como la BLET: planificación detallada, desarrollo de demostradores tecnológicos, validación de resultados en condiciones reales y adaptación del modelo conforme se obtienen nuevas evidencias. Es un ciclo de mejora continua en el que universidad, Fuerzas Armadas y empresas trabajan conjuntamente. Desde la distancia, lo que destaca no es tanto la tecnología en sí, sino la manera en la que universidad, Fuerzas Armadas y tejido empresarial están conformando un ecosistema de innovación. En él, la innovación fluye entre lo académico, lo industrial y lo operativo, alineado con las tendencias de países aliados como Estados Unidos, Francia, Reino Unido o Alemania.

«Córdoba no es solo escenario, es protagonista. La UCO participa activamente en el proyecto SILPRE junto a grandes empresas nacionales»

Fabricación aditiva: imprimir el futuro

La fabricación aditiva, también llamada impresión en 3D, es una tecnología de producción con la que un objeto se crea añadiendo material, capa a capa, a partir de un modelo digital. A diferencia de los métodos tradicionales, que son sustractivos y parten de un bloque de material al que se le va retirando lo sobrante, en la impresión 3D la pieza se construye desde cero.

La fabricación aditiva aporta notables ventajas. Permite producir piezas complejas, imposibles de producir con métodos convencionales y posibilita la personalización de componentes para necesidades específicas. Además, reduce inventarios y disminuye el desperdicio de material. Para las Fuerzas Armadas, estas capacidades se traducen en la posibilidad de disponer de repuestos en el momento y lugar que se necesitan, algo crítico, por ejemplo, en operaciones en el exterior. Su valor es especialmente evidente cuando se necesitan piezas descatalogadas o de difícil adquisición, algo habitual en sistemas y vehículos cuyos fabricantes no producen determinados componentes. En estos casos, la fabricación aditiva permite mantenerlos operativos sin recurrir a costosos procesos de reingeniería ni a largas cadenas de suministro. En despliegues en entornos remotos, la posibilidad de imprimir piezas ‘in situ’ reduce de manera drástica los tiempos de espera y la dependencia de una cadena logística a menudo vulnerable.

No obstante, la fabricación aditiva también presenta limitaciones. Su velocidad de producción es inferior a la de los procesos industriales en serie, y el coste por unidad puede ser elevado para grandes volúmenes. También, los materiales disponibles tienen restricciones en cuanto a propiedades y resistencia, y el acabado superficial suele requerir acabados posteriores. Por último, el tamaño de las piezas está condicionado por el tamaño de la impresora.

A pesar de estos retos, su valor estratégico no reside en competir con la industria convencional, sino en aportar flexibilidad y autonomía en momentos críticos. Por ello, el Ejército de Tierra ya ha desplegado contenedores móviles con impresoras 3D en Letonia, Líbano y Eslovaquia. Asimismo, el PCMVR N°2 dispone de esta capacidad tecnológica, contribuyendo a situar a la provincia como referente en innovación logística militar. Esta tendencia no es exclusiva de España, ya que otros ejércitos aliados utilizan la impresión aditiva de forma habitual, e incluso en algunos casos emplean tecnología desarrollada en nuestro país. Por ejemplo, Estados Unidos en su Armada. En el marco de la BLET, la fabricación aditiva se integrará de manera estable en el sistema logístico del Ejército de Tierra, asegurando que esta innovación tecnológica se traduzca en ventajas operativas tangibles para nuestras Fuerzas Armadas. Desde una perspectiva más amplia, lo relevante no es tanto el aspecto técnico de la fabricación en 3D, sino el valor estratégico de contar con una capacidad que aporta autonomía y flexibilidad en momentos críticos.

«La innovación tecnológica actual dual constituye un verdadero vector de avance»

Innovación tecnológica dual: del Ejército a la sociedad y viceversa

La innovación tecnológica dual, es decir, aquella que es válida tanto en el ámbito civil como en el de defensa, seguridad y emergencias, constituye un verdadero vector de avance. Su potencial radica en que las tecnologías duales pueden desarrollarse y probarse generando mejoras tangibles en equipos de defensa y, al mismo tiempo, en sectores civiles como el transporte, la energía o la salud. De este modo, no solo se refuerza la capacidad operativa, sino que también se multiplica el impacto al trasladar soluciones útiles a la sociedad en su conjunto.

La logística predictiva, por ejemplo, no solo optimiza el mantenimiento de equipos militares, sino que también mejora la gestión de flotas de transporte, aerolíneas, redes ferroviarias, infraestructuras o la planificación de suministros en hospitales. La fabricación aditiva, por su parte, permite producir piezas en el lugar de la intervención, algo vital en defensa, pero también en misiones humanitarias, emergencias o desastres naturales, donde la rapidez y la autonomía marcan la diferencia.

Otras capacidades duales de interés para la BLET incluyen los sensores avanzados, que pueden monitorizar desde sistemas de armas hasta la salud del personal de rescate, o la seguridad de instalaciones civiles. La ciberseguridad, imprescindible para proteger datos y comunicaciones, resulta clave tanto en un centro logístico como en sectores sensibles como la banca, la energía, la salud o la coordinación de respuestas a crisis. También destacan las energías renovables y el almacenamiento avanzado de energía, que facilitan el despliegue de instalaciones autosuficientes en zonas remotas o en situaciones de emergencia. O tecnologías como la realidad virtual y la robótica, aplicables en el entrenamiento del personal, la logística y la respuesta en emergencias.

El Ejécito ha de estar preparado para los nuevos retos que se están planteando, como la ciberseguridad

El Ejécito ha de estar preparado para los nuevos retos que se están planteando, como la ciberseguridad / A.J. GONZáLEZ

Este tipo de innovaciones no solo aumentan la eficiencia y seguridad de la BLET, sino que también generan oportunidades para empresas, centros de investigación y entidades de formación. Además, impulsan el empleo cualificado, atraen inversiones y diversifican la economía local. Sin embargo, también presentan retos. Por ejemplo, evitar el uso indebido de la tecnología, asumir costes iniciales elevados y coordinar la colaboración entre los sectores civiles, de defensa y académicos, que a veces trabajan con ritmos y requisitos diferentes. El ecosistema que está surgiendo en torno a la BLET ofrece una oportunidad única, no solo para Córdoba, sino para que Andalucía en su conjunto se consolide como un nodo de referencia en tecnología dual. Las capacidades tecnológicas de Córdoba, unidas a las ya presentes en Sevilla, Cádiz, Málaga y Huelva, y en desarrollo en Jaén, permitirían alcanzar este objetivo si se suman esfuerzos, se comparten conocimientos y se coordinan las áreas de especialización de cada provincia. La BLET no solo moderniza el Ejército de Tierra, también impulsa a Córdoba y a Andalucía hacia el objetivo de convertirse en un nodo estratégico de innovación dual, con proyección nacional e internacional en los ámbitos civil y militar.

Seis aspectos esenciales de la BLET

Vista con perspectiva, la BLET no es solo una base logística. Es una apuesta estratégica que redefine cómo el Ejército de Tierra concibe el apoyo logístico y que, al mismo tiempo, abre oportunidades de innovación con impacto directo en la sociedad. Para entender su alcance con claridad, conviene detenerse en seis aspectos que revelan los elementos que realmente marcan la diferencia.

«La BLET no solo moderniza el Ejército de Tierra, también impulsa a Córdoba y a Andalucía hacia el objetico de convertirse en un nodo estratégico»

El primer aspecto es la magnitud de la reorganización emprendida por el Ejército. Pasar de doce centros dispersos a dos grandes nodos logísticos supone mucho más que un ajuste organizativo. Significa concentrar funciones y apostar por un modelo logístico inédito en España. Lo que destaca no es tanto la ubicación de los dos centros, sino la audacia de una concentración de este calibre.

El segundo aspecto está relacionado con la gestión del cambio. No basta con levantar edificios o desplegar tecnología; lo esencial es acompañar a las personas, a las instituciones y a las empresas de la provincia en este proceso. Se trata de generar confianza, de alinear expectativas y de construir un clima compartido en una transformación que combina ilusión e incertidumbre.

El tercer aspecto es la innovación disruptiva. La BLET no se limita a modernizar procesos, sino que impulsa un salto completo con tecnologías de la Industria 4.0, como la logística predictiva o la fabricación aditiva. Sin embargo, lo fundamental no son las herramientas ni la tecnología, sino el cambio cultural que generan: nuevos modos de trabajar, perfiles profesionales emergentes y un ecosistema compartido entre Ejército de Tierra, universidad y empresas.

El cuarto aspecto se centra en la comparación internacional. Mientras Francia e Italia distribuyen su logística entre varios centros especializados, España concentra en la BLET un nivel de integración que otros ejércitos no han alcanzado. Se trata, por tanto, de una apuesta ambiciosa y singular, que coloca a nuestro Ejército en un escenario de vanguardia logística.

El quinto aspecto es la innovación tecnológica dual. Aquí se difuminan las fronteras entre lo civil y militar. Sus aplicaciones, desde la ciberseguridad hasta la energía y la salud, por mencionar solo algunas, generan beneficios directos para la sociedad y abren la oportunidad de situar a Córdoba y a Andalucía como referentes en este ámbito. Lo relevante es la capacidad de trasladar soluciones útiles de la defensa a la vida civil y viceversa.

«No se trata solo de acoger una infraestructura, sino de poner en valor las capacidades científicas, empresariales y sociales de la provincia»

El sexto aspecto es el protagonismo de Córdoba. No se trata solo de acoger una infraestructura, sino de poner en valor las capacidades científicas, empresariales y sociales de la provincia. Lo que emerge es la posibilidad de consolidar un ecosistema de innovación tecnológica entre universidad, Fuerzas Armadas y empresas, con potencial de convertir a la provincia en un referente de innovación y desarrollo.

En definitiva, la distancia nos muestra lo esencial con nitidez. Y en la distancia, la Base Logística del Ejército de Tierra aparece como una apuesta estratégica que puede transformar tanto al Ejército de Tierra como a la provincia de Córdoba. Su éxito dependerá tanto de la tecnología como de la capacidad de instituciones, empresas, y sociedad de hacerla suya. Solo así se convertirá en una iniciativa transformadora, capaz de dejar huella y de la que podamos sentirnos parte. Una oportunidad única de construir el futuro.

Tracking Pixel Contents