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Entrevista | José Juan Jiménez Güeto Nuevo delegado diocesano de Hermandades y Cofradías de Córdoba

"Se necesita una reflexión con respecto a este crecimiento que ha habido de procesiones"

José Juan Jiménez Güeto, párroco de la Trinidad y canónigo portavoz del Cabildo, asume la tarea de enlace entre la Diócesis y las cofradías

José Juan Jiménez Güeto, delegado diocesano de hermandades y cofradías

Víctor Castro

Noelia Santos

Noelia Santos

Córdoba

El párroco de San Juan y Todos los Santos (Trinidad) y canónigo portavoz del Cabildo Catedral de Córdoba, José Juan Jiménez Güeto, es el nuevo delegado de Hermandades y Cofradías de Córdoba, un nombramiento del obispo de Córdoba, Jesús Fernández. Sucede en el cargo a Pedro Soldado, que ha estado más de 20 años al frente de la delegación.

-¿Le ha pedido consejo a Pedro Soldado?

-La verdad es que Pedro ha hecho un trabajo extraordinario durante todo este tiempo. Se ha sacrificado muchísimo, se ha dejado la piel en el servicio a las hermandades y cofradías y, efectivamente, esta misma mañana hemos hablado por teléfono. Estos próximos días quedaremos para que me ponga un poco al día de cuál es la situación y a partir de ahí comenzaremos a caminar. Lo importante, y hay que decirlo a boca llena y a voz en grito, es que Pedro ha hecho una labor extraordinaria y se ha dejado la piel durante tantos años.

-¿Cómo asume el nombramiento? Imagino que es cofrade.

-Soy cofrade desde la cuna. Mis padres y sus amigos fundaron una hermandad en mi pueblo, Cabra, y ahí he echado los dientes. Además, soy hermano de otras tantas y, especialmente, de las de la parroquia de la Trinidad. Yo me siento muy cofrade y me apasiona la actividad que desarrollan las hermandades, por eso asumo con ilusión este encargo del obispo. Eso no significa que no tenga también un poquito de nervios ante este nuevo reto, pero estoy ilusionado.

-¿Y cómo es su relación actual con las cofradías?

-Tengo mucha relación. Llevo ya de cura 33 años y en todo este tiempo he colaborado con muchas cofradías y he predicado muchos cultos de distintas hermandades de toda la Diócesis. Hablamos de una Diócesis que tiene 703 hermandades y 21 agrupaciones. Así que conozco parte, pero hay una realidad también muy grande que desconozco y con la que nunca he tenido un contacto directo.

Cordoba José Juan Jimenez Güeto, consiliario de la Agrupación de cofradías

José Juan Jimenez Güeto, en la sacristía de la parroquia de la Trinidad. / Víctor Castro

-Tendemos a pensar que la labor de las hermandades es la de salir en procesión, pero imagino que va mucho más allá.

-Ciertamente, una de las tareas principales dentro de una hermandad es la preparación de esa estación de penitencia y es verdad que el momento de la procesión tiene un realce y una visibilidad mayor. Pero las hermandades albergan una riqueza extraordinaria en muchísimas facetas y dimensiones, como puede ser la actividad cultural, la vida litúrgica, la de la celebración de los sacramentos o la del momento de oración. Y otros pilares muy importantes son las actividades formativas y el compromiso con la sociedad, especialmente con esa mirada a los más pobres, a los más necesitados. Son tareas extraordinarias que, a lo mejor, no siempre se visibilizan. Y a todo eso hay que añadir la comunión eclesial porque las hermandades no viven la comunión solo a nivel interno, sino que también son pioneras en ese trabajo al exterior.

-Tengo que preguntarle por las procesiones, el debate lleva abierto mucho tiempo: ¿son demasiadas?

-Creo que se necesita una pensada y una reflexión con respecto a este crecimiento que ha habido de procesiones y de estaciones de penitencia, ya sea con motivo de un acontecimiento extraordinario o por otras realidades. Sí creo que se necesita una regulación, que ya existe en otras diócesis. Se trataría de reconducir sobre nuestros propios estatutos, nuestras propias reglas, y comprender que una salida profesional tiene un sentido muy profundo, de calado muy importante. Por lo tanto, hemos de estimarlo de la mayor manera y que cuando sea un acontecimiento extraordinario, realmente lo sea.

"Se necesita una pensada y una reflexión con respecto a este crecimiento que ha habido de procesiones"

José Juan Jiménez Güeto

-Extraordinario fue el Magno Vía Crucis del pasado sábado, ¿qué le pareció?, ¿aboga por esa carrera oficial?

-Me pareció un acontecimiento extraordinario y más para celebrar el aniversario del vía crucis del Beato Álvaro, que es lo que realmente nos convocaba, y también la celebración del Año Jubilar. Córdoba ha demostrado que tiene esa capacidad de organizar eventos de este calado, ya lo hizo con el Vía Crucis Magno en su momento, con la Magna de Vírgenes coronadas y con el Rocío de la Fe. Ya hemos tenido en este tiempo varios acontecimientos importantes y creo que ya hay que esperarse. Con respecto a la carrera oficial, no es tarea del delegado decidir sobre ella, sino que compete a la Agrupación de Cofradías. En cualquier iniciativa que ellos pongan en marcha, que consideren que es buena para el mayor esplendor de la estación de penitencia, siempre van a tener mi apoyo.

-¿Qué opina sobre la implantación de nuevas hermandades?

-Cuando una hermandad se crea no se empieza por el titular, se empieza por crear una comunidad que nace ante una necesidad pastoral. Luego ya existe un proceso para llegar a formarse como hermandad. Es verdad que en nuestra Diócesis aún no está reglamentado. Pero yo sí que animo a que miremos también hacia la inmensa riqueza de hermandades y cofradías que históricamente ya tenemos, con una imaginería portentosa y una riqueza maravillosa. Habría que empezar por potenciar toda esa realidad antes de seguir poniendo otras iniciativas. Cuando sean necesarias y se den las condiciones, sí. Pero lo importante es mirar a lo que ya existe.

-El obispo habló hace pocos días del plan diocesano de pastoral para los próximos años, ¿qué papel tendrán las hermandades?

-La clave está en que ahora nos pongamos todo el mundo a trabajar en la propuesta que nuestro obispo nos hace de cara a la elaboración de un plan diocesano de pastoral para los próximos años. El obispo nos invita a trabajar en la sinodalidad y ahí las hermanas y cofradías tienen ya experiencia, porque hablamos de trabajar en equipo y de compartir sinergias. Ellos pueden aportar muchísimo en esta nueva realidad, en este plan pastoral que nuestro obispo quiere poner en marcha. Nos hace una invitación a una conversión espiritual, a una renovación metodológica y estructural y a establecer procesos de trabajo, es decir, pide no poner tanto la atención en grandes eventos y en grandes acontecimientos, sino mirar hacia una pastoral de proceso atendiendo, especialmente, a las demandas y a las necesidades del pueblo que nos rodea.

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