40º Aniversario de los Cordobeses del Año

1941-2025: 85 años de Diario CÓRDOBA

El devenir de Diario CÓRDOBA, que hunde sus raíces mucho más allá de aquel primer número de 1941, es un espejo de los valores y los cambios de la ciudad y su provincia a través del tiempo

Redacción de Diario CÓRDOBA a finales de los años 80, en la Torrecilla. En la gran cabina acristalada del fondo se preservaba el ordenador ATEX..jpg

Redacción de Diario CÓRDOBA a finales de los años 80, en la Torrecilla. En la gran cabina acristalada del fondo se preservaba el ordenador ATEX..jpg / CÓRDOBA

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Este año en el que se conmemora el cuadragésimo aniversario de los Cordobeses del Año, Diario CÓRDOBA se encuentra en el año 85 desde que iniciara su andadura, que convierte a este medio en un testigo de excepción de épocas, del devenir de buena parte del siglo XX y de lo que llevamos del XXI, y un reflejo de los cambios que ha vivido la sociedad cordobesa en todos los ámbitos. Se trata de una historia que nos permite entender mucho mejor el espíritu con el que en su día, cuando ya la cabecera atesoraba una envidiable trayectoria, se convocaron por primera vez los premios Cordobeses del Año, que ya alcanza su 40ª edición.

Al respecto, y de entrada, hay que decir que los que han pasado, pasan, y a buen seguro pasarán por CÓRDOBA, así como buena parte de los lectores del periódico, no solo pueden presumir de la historia de su diario desde el primer número de su cabecera actual, que se imprimió el 25 de julio de 1941, sino que, en cierta forma, también pueden sentirse herederos del que hubiera sido, de haber continuado en 1939, el decano de la prensa española, el ‘Diario de Córdoba’. Dicho sea con todos los matices, porque tal afirmación no es del todo verdad ni mentira. Pero acerquémonos a aquel mundo del periodismo en el que nació CÓRDOBA.

Y es que su ‘antepasado’, valga el término, el ‘Diario de Córdoba’, se fundó en 1849, cuatro años antes del decano en activo de los periódicos españoles, el ‘Faro de Vigo’ (por cierto, actualmente cabecera hermana de CÓRDOBA dentro del Grupo Prensa Ibérica) y a cinco años de publicarse, otro gran ejemplo, el primer número de ‘El Norte de Castilla’. Se trataba de un periódico en el que ya primaban los intereses comerciales a los meramente políticos, algo raro pues era ese otro enfoque ideológico la tónica general de la prensa de la época. En ese objetivo amplio de servicio a toda la sociedad más allá de sesgos de facciones políticas coincidía también ‘Diario de Córdoba’ con el actual CÓRDOBA, además de en el nombre y, sobre todo, en su carácter hegemónico en la provincia. Y es que incluso a principios del siglo XX el ‘Diario de Córdoba’ marcaba diferencias en sus tiradas cuando ya compartía espacio en los puestos de venta con ‘El Defensor de Córdoba’ (desde 1899, órgano de propaganda de los católicos cordobeses), ‘Diario Liberal’ (desde 1915), o, en 1930, con ‘Política’, que fue fundado por Joaquín García Hidalgo

Taller de composición a finales de los 80, con Javier López y Ramón Azañón en primer termino. Cada página se componía como un puzzle antes de revisar, filmar y pasarla a la plancha de la impresión correspond.jpg

Taller de composición a finales de los 80, con Javier López y Ramón Azañón en primer termino. Cada página se componía como un puzzle antes de revisar, filmar y pasarla a la plancha de la impresión correspond.jpg / CÓRDOBA

Las raíces 'de tinta'

Sin embargo, hasta ahí llegan las coincidencias, ya que las raíces ‘de tinta’ de CÓRDOBA hay que buscarlas en otra fecha y periódico: el 1 de enero de 1920, con el primer número de ‘La Voz’ que fundase la familia Roces. Aunque incluso se podría ir más atrás en el tiempo para citar a un efímero periódico de ideal republicano de finales del siglo XIX llamado ‘La Voz de Córdoba’, que se fundió con ‘La Unión’, de tendencia liberal.

El caso es que 9 años después de nacer el periódico ‘La Voz’, en 1929, la familia Cruz Conde compró en subasta el rotativo, cuya propiedad mantuvo hasta la agitada primavera republicana de 1931, en donde se vendió a «precio de ganga» (recogía en su día Antonio Ramos Espejo) a un grupo encabezado por el entonces presidente de la Diputación, José Guerra Lozano. Así, ‘La Voz, Diario Gráfico de Información’, de dos tiradas al día, aparece desde el 2 de junio de 1931 como ‘La Voz, Diario Republicano’ y editado por Prensa Republicana de Córdoba.

La maquinaria y el personal de 'Azul' (1939) y luego 'CÓRDOBA' (1941) venían de 'La Voz' (1920), una iniciativa de la familia Roces.

El diario entró en crisis ya a comienzos de 1936 arrastrado por el descrédito de los políticos de su ideario a los que estaba ligado. Hasta que llegó el 18 de julio de 1936, en el que el rotativo volvió a cambiar de ideología, esta vez por la fuerza y como botín de guerra, y con el director, Pablo Troyano Moraga, primero bajo arresto domiciliario y después fusilado el 27 de septiembre de ese año. Un mes después le tocaría al joven poeta cordobés y linotipista, amigo de Federico García Lorca, José María Alvariño.

Sería el 1 de octubre de 1936 cuando en la sede de la calle Fray Luis de Granada muriera ‘La Voz’, para imprimir en las mismas máquinas ‘Azul’ como órgano provincial de Falange Española de las JONS, mientras que en pocos meses el periódico se quedaría solo en Córdoba ante el cierre del resto de rotativas.

Fue el periodista sevillano José Escalera del Real el que se incorporó en 1941 a ‘Azul’ con el encargo de transformarlo en un periódico más moderno y comercial, aunque ideológicamente sin salirse lo más mínimo de la causa y como órgano del Movimiento. El resultado fue ese primer número de CÓRDOBA del citado 25 de julio de 1941 en donde el titular principal de sus ocho páginas tamaño ‘sábana’ era un nuevo bombardeo de la Alemania nazi sobre Moscú. «Más madera. Esto es la guerra», y por entonces la leña para la caldera se ponía en la prensa española en el lado del Eje. Eso sí, hasta que tras el desembarco de Normandía los titulares se hicieron un poco más ecuánimes como reflejo de una Dictadura que por primera vez atemperaba sus simpatías con el fascismo europeo. Fue una primera deriva del régimen, sin cambiar mucho el rumbo, que iría afectando a todos los aspectos de la sociedad española, también a la práctica totalidad de esos 43 años en los que CÓRDOBA perteneció a la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de la posguerra, primero, y después a la Cadena de Medios de Comunicación del Estado, soportando la censura vigente en unas ocasiones, otras veces ajustándose a lo que se esperaba del periódico para que no fuera necesaria la tijera del censor o, simplemente, conviviendo con esta preinspección oficial de los contenidos. 

Las máximas autoridades en Córdoba y responsables del periódico, en la inauguración de la estatua 'La Lectora'.

Las máximas autoridades en Córdoba y responsables del periódico, en la inauguración de la estatua 'La Lectora'. / CÓRDOBA

Algo que no enmendó en mucho la Ley de Prensa e Imprenta de 18 de marzo de 1966, más pensada para la libertad (o mejor dicho, el control) de las empresas periodísticas privadas que de las ya de por sí ‘atadas’ dentro de la Cadena de Medios del Estado. Durante este primer periodo de CÓRDOBA como medio estatal, la redacción y el taller se encontraba en la plaza del Cardenal Toledo. En 1975 se trasladaría al polígono industrial de La Torrecilla, al magnífico edificio diseñado por Rafael de la Hoz Arderius. Por su lado, a la breve dirección del citado José Escalera del Real le seguiría la de Primitivo García (1941-1944), la del más longevo en el cargo Pedro Álvarez (1944-1973), Federico Miraz durante la época de la transición (1973-1983) y Juan Ojeda (1983-1984), con los gerentes Tomás Zapatero (1941-1974) y Antonio Bermejo (1974-1984).

Segunda etapa como empresa privada

Sería la misma iniciativa empresarial que en 1981 se ‘atrevió’ a abrir ‘La Voz de Córdoba’ la que se impuso en 1984 en la subasta pública con que se privatizaban los Medios de Comunicación Social del Estado, entre ellos CÓRDOBA, que fue adquirido por la sociedad Norinfor SA por 82 millones de pesetas. La práctica totalidad de la plantilla de ‘La Voz de Córdoba’, que editó su último número del 14 de mayo de 1984, pasaría a formar el grueso de los trabajadores en Diario CÓRDOBA, todo ello con Alfonso Castilla Rojas como primer presidente de esta nueva etapa (1984-87), Manuel Gómez Cardeña como director (1984-86) y Salvador Ambrosio Aparicio como gerente (1984-2001).

El devenir como empresa

Empresarialmente, aquella primera sociedad fue cambiando el accionariado hasta tomarla en 1997 Cajasur (al 31%) y el Grupo Zeta, con el clarividente Antonio Asensio Pizarro, que creara un grupo de comunicación con ‘El Periódico de Cataluña’ como buque insignia y cabeceras en casi todas las comunidades autónomas, siendo CÓRDOBA la primera en Andalucía. En 2010 todas las participaciones del periódico pasarían al Grupo Zeta, que más tarde, en abril de 2019, en una gran operación nacional cedería al Grupo Prensa Ibérica, presidido por Javier Moll, los 25 periódicos regionales impresos y digitales, 15 semanarios y revistas, 50 portales digitales y 60 publicaciones corporativas.

Cinco directores y dos gerentes se sucedieron en la etapa en la que el rotativo perteneció a la Cadena de Medios del Estado. En 1975 el periódico se trasladó al edificio de Rafael de la Hoz en el polígono de la Torrecilla, y en 1984 fue privatizado.

Directores y tecnología

Respecto a los directores en esta etapa como empresa privada de CÓRDOBA, a Gómez Cardeña le sucedieron el prolífico Antonio Ramos Espejo (1986-1998), José Higuero Manzano (1998-2000), Alfonso Sobrado Palomares (2001-2005), Francisco Luis Córdoba (2005-2019) en la etapa más larga de este periodo como empresa privada y Rafael Romero, que asumió la responsabilidad en julio de 2019. Mientras, como gerentes, tras Salvador Ambrosio ocuparon el cargo Matías Morillo-Velarde (2001-2012), Julio Hidalgo Ardila (2012-2018), Andrés Sánchez (2018-2020) y desde entonces Jesús Morales, ligado desde el principio de su carrera a esta casa.

En cuanto a la tecnología, hasta en ocho ocasiones ha cambiado ‘máquinas’ Diario CÓRDOBA. Y es que desde 1941 se fueron mejorando sucesivamente los sistemas con linotipias y vapores de plomo para hacer las planchas de cara aleación (y que se reciclaban continuamente tras su uso) que luego eran adheridas a los rodillos de la rotativa.

Como ejemplo, en 1975, CÓRDOBA pasó del formato sábana al tabloide con el uso de una rotativa modernísima y ‘casi nueva’, ya que había impreso antes un breve tiempo el deportivo ‘Marca’, empresa a la que se le había quedado muy pronto chica al dispararse su tirada por aquella época a cientos de miles de ejemplares.

Recogida del premio de Fomento de la Lectura entregado a Cuadernos del Sur (2009).

Recogida del premio de Fomento de la Lectura entregado a Cuadernos del Sur (2009). / CÓRDOBA

Veinte megabits para todo

Fue con la nueva etapa como empresa privada, el 15 de mayo de 1984, cuando se estrenaba el sistema redaccional ATEX. Así se llamaba un macroprocesador de textos cuyo enorme ordenador, fabricado en Detroit, se encontraba mimado, casi idolatrado, en una habitación cerrada de cristal a temperatura constante, y que poseía la asombrosa capacidad de memoria útil de... ¡20 megabits! Efectivamente, lo que ahora ocupan cuatro fotos de mediano peso o un solo documento PDF. Con tan asombrosa memoria salía el periódico entero del día, se guardaban adelantos de artículos para las jornadas siguientes y se iba haciendo el suplemento dominical a lo largo de la semana.

El diario pasó del formato sábana al tabloide en 1975 tras adquirir una nueva rotativa, a la que le seguiría la 'Harris V15' en 1986.

Los teletipos de Efe y Europa Press llegaban a otra habitación y luego había que escribir los precisos uno a uno para que entrase en el ordenador. Las fotos eran toda una odisea: hacerlas, revelarlas en el propio periódico, ‘refotografiarlas’ para engarzarla a tamaño en una página donde titulares y texto llegaban recortados por separado y, compuesto el puzzle, pasarlo a la plancha. Ordenadores Macintosh en una red independiente aliviaron la composición de la publicidad en un sistema paralelo en 1991, y en 1992 entraría el ‘Edicomp 4000’, que ya creaba las páginas enteras y que se mandaban a la rotativa ‘Harris V15’, que imprimía desde 1986.

Impresión y diseño

En agosto de 1995, sin embargo, entra en funcionamiento de manos de expertos alemanes la KBA Comet, estrenada a nivel mundial en Córdoba por Publicaciones e Impresión SL, participada por el periódico, con cinco unidades de negro y un grupo de otras ocho para color que ya permitían imprimir ‘del tirón’ 96 páginas, 16 de ellas a todo color. En 1999 se incorporaba una segunda KBA Comet funcionando la instalación como uno de los grandes centros de impresión de Andalucía hasta 2020. También en 1999 se cambiaba la imagen tipográfica de manos del periodista José Luis Blasco. 

Desde el año 2002, la ‘masa gris’ de chips y microprocesadores la conforma el sistema Milenium, actualmente en su última versión 7.5, que permite la interacción de los contenidos de las ediciones en papel y digital. Se trata de algo lógicamente clave en esta etapa del periódico, en la que convive la inmediatez de la noticia con la difusión tradicional y reflexión sobre la noticia.

A la rotativa 'Harris V15' le sucedieron entre 1995 y 2020 las dos KBA Comet alemanas de Publicaciones e Impresión SL. En la etapa como empresa privada se han sucedido seis directores, estando al frente de la actualidad Rafael Romero.

Épicas citas con el lector

Hablamos de un periódico que sigue sin faltar a su cita en estos 85 años ni un solo día, aparte de aquellas décadas en donde no se imprimía los lunes (y aún así la ‘Hoja de los Lunes’ se hacía en las propias instalaciones de Diario CÓRDOBA) y de los tradicionales de descanso de la prensa escrita desde el siglo XX: Viernes Santo, Navidad y Año Nuevo. Aparte de ello, ni cuando se inundó en dos ocasiones el polígono de La Torrecilla a finales de los 80 o cuando eran frecuentes los apagones en esta zona industrial ha faltado a su cita con los lectores Diario CÓRDOBA. Incluido el confinamiento durante la pandemia que obligó a improvisar todos un sistema de teletrabajo, o el reciente ‘gran apagón’ en la península del pasado 28 de abril, en el que la electricidad no volvió a la ciudad de Córdoba hasta pasada las 5.30 del día 29. El grupo electrógeno de emergencia evitó, como lamentablemente sí les ocurrió a algún otro rotativo de España, que el periódico faltara en los quioscos al día siguiente.

Tres pilares de difusión

En esta última etapa dirigida por Rafael Romero, y como no podía ser de otra forma, la edición en papel ha seguido siendo la joya de la corona ante la sociedad cordobesa y para la gestión de ventas, por un lado, y de publicidad, por el otro. Sin embargo, es la edición digital la que con más fuerza ha despegado en este periodo, complementando a la edición en papel, convirtiéndose en el digital de mayor impacto y audiencia en la provincia y con un protagonismo claro en muchos sectores de la población, así como en momentos claves, como ocurrió durante el confinamiento y las restricciones sociosanitarias de la pandemia, particularmente en 2020.

Componentes de Diario CÓRDOBA en una imagen con la que se conmemoró el 80 aniversario del periódico.

Componentes de Diario CÓRDOBA en una imagen con la que se conmemoró el 80 aniversario del periódico. / CÓRDOBA

El tercer pilar de este nuevo CÓRDOBA es su sección de publicaciones conmemorativas y especializadas. Solo en 2024 se editaron 22 libros, revistas y guías monográficas; además de seguirse eventos de alto contenido sociocultural y político a través de los ‘Desayunos de Diario CÓRDOBA’, mesas redondas, foros o galas como la de los Cordobeses del Año. Unos premios que también tienen un reflejo paralelo en aspectos específico de la sociedad con los galardones al desarrollo sostenible, deporte base, turismo, el certamen anual de pintura o los recientes premios de Cuadernos del Sur. Por cierto, con el mismo nombre del veterano y emblemático suplemento cultural, que cumplirá 40 años en 2026. Junto a él, CÓRDOBA también publica los suplementos de Cambio Climático, Motor, Educación21 y UCOuniversitas, además del recientemente incorporado de Córdoba Salud.

Capítulo aparte, desde junio de este año se publican ya ocho Crónicas de seis localidades cordobesas, junto a la Crónica del Alto Guadalquivir y la Crónica del Centro, con el enfoque en los barrios del casco histórico y zona comercial de la capital, un conjunto de publicaciones gratuitas mensuales que llevó a afirmar en un reciente acto en Córdoba al presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, que además de la actualidad mundial, nacional y andaluza, «CÓRDOBA no es solo información local, es información hiperlocal», destacando el esfuerzo y la capacidad para informar al lector de lo que más cerca tiene y le afecta. Todo ello más importante aún en estos globalizados tiempos del siglo XXI en donde Diario CÓRDOBA y su armada multimedia de publicaciones caminan con paso firme hacia ese horizonte centenario.

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