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El CMC pide plantear ya una modificación del proyecto de la ronda Norte y garantizar al menos la obra en la rotonda

El Movimiento Ciudadano entiende que el hallazgo de los restos provocará cambios en la intervención

Vista de los restos hallados en las excavaciones de la ronda Norte.

Vista de los restos hallados en las excavaciones de la ronda Norte. / Manuel Murillo

Noelia Santos

Noelia Santos

Córdoba

Todos los actores implicados, directa o indirectamente en el proyecto de la ronda Norte, coinciden en que hay que esperar a ver qué dice Cultura sobre los restos hallados en la Arruzafilla para saber qué pasos dar a continuación. Sin embargo, hay cosas que empiezan ya a antojarse obvias. Lo dice Juan Andrés de Gracia, presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC), que ve «claro» que «esta circunstancia tiene que provocar cambios en el proyecto. Ya sea por integrar los restos, por hacerlos visibles o por trasladarlos».

Pase lo que pase con la ronda Norte, que eso ya se verá, De Gracia sí plantea ya una separata del proyecto original, de forma que se aísle una de las intervenciones incluidas en la intervención. Se trata, explica el presidente del CMC, de la actuación en la glorieta María de Maeztu (la del Hipercor), que en el proyecto que está ahora en licitación conlleva una intensa rehabilitación, incluidos dos niveles, para aliviar el tráfico que sufre a ciertas horas del día.

Modificación del proyecto

De Gracia considera que ahora no hay más remedio que paralizar la contratación de las obras, centrarse en la glorieta y esperar al informe de Cultura para ver cómo afectan los restos arqueológicos a la iniciativa de Fomento. Sí descarta directamente la pretensión de los vecinos de la zona, que abogaban por una ronda completamente soterrada y que cuando se aprobó el proyecto definitivo denunciaron que no se les había escuchado. Ahora, el soterramiento no es que sea complicado, es que es prácticamente inviable.

Por otro lado, el presidente del CMC recuerda el proyecto de ronda que presentó en su día Rosa Aguilar siendo consejera de Obras Públicas. Era una intervención costosísima que, precisamente, tenía varios tramos subterráneos, cubiertos por túneles o modo trinchera. El trazado, eso sí, no es el mismo que el de ahora, porque aquella idea situaba a la carrera por encima del canal del Guadalmellato, es decir, tirando más hacia el lado de los cines y más alejado de los pisos. Ahora, eso sí, la densidad de vivienda en esa zona es muchísimo mayor. 

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