Reabre la estación de autobuses de Córdoba tras haber sido desalojada por una maleta sospechosa

La estación de autobuses de Córdoba ha sido reabierta ya tras haber sido precintada y cerrada durante poco más de una hora por el aviso de un supuesto objeto sospechoso en el lugar, una maleta. Por varios minutos, los autobuses no podían salir o entrar a descargar ni los peatones o bicicletas pasar. En el lugar reinaron el desconcierto y las preguntas, pero afortunadamente no pasó a más. 

Casi a las 12.00, la Policía Nacional comenzó a abrir el paso al tráfico y la estación a volver poco a poco a la normalidad, aunque con vigilancia y ciertos retrasos en algunos autobuses. A nivel de horarios, solo quedó afectado un autobús que cubre la ruta con Palma del Río, según la información de la estación. Los demás salían después de las 12.00 y pudieron retomar su actividad.

Una maleta amarilla

Según las primeras informaciones de la Policía Nacional, el desalojo respondió al protocolo de seguridad que se tiene que aplicar ante este tipo de avisos. El objeto hallado fue una maleta, pero aún no se conoce qué contiene. Según los testigos, se la llevaron los efectivos del Tedax. Algunos viajeros aseguran que se trata de un bolso grande amarillo que parecía de mano y se encontraba en un banco con un chaquetón puesto en lo alto y que llevaba en el lugar abandonado desde muy temprano. "Era un poco sospechoso, la verdad", comenta un testigo, Jacobo Cortés, a este periódico. 

Los pasajeros del autobús a Palma del Río, que debía salir a las 11.00 horas, se han visto afectados y, según la información de la estación, no saben si tendrán que esperar hasta el próximo bus, que sale a las 13.30 horas. "Llevamos una hora esperando y nos han dejado incomunicados" Cortés, viajero de la línea y al que los policías preguntaron si la maleta era suya. "Hubo bastante desesperación, todo el mundo corriendo y asustado, se ha gestionado de muy mala forma" critica. 

Muchos de los viajeros se encontraban desayunando en el bar cuando "nos han echado a todos a la calle y solo nos decían que era por una maleta, hubo miedo y caos", cuenta Conchi, que también esperaba para volver a su pueblo: "Esto es increíble, alguien se tiene que ocupar de nosotros porque el autobús se ha ido sin nosotros", asegura.