Solidaridad cordobesa ante el apagón

Varios empresarios de apartamentos turísticos de Córdoba alojaron a viajeros de los trenes durante el apagón

Se desplazaron hasta la estación para ofrecer su ayuda

Las personas alojadas por Francisco Cortés cenan a la luz de las velas.

Las personas alojadas por Francisco Cortés cenan a la luz de las velas. / CÓRDOBA

Rafael Valenzuela

Rafael Valenzuela

CÓRDOBA

En episodios como el vivido el lunes, con un país entero sin energía eléctrica y casi sin comunicaciones, es cuando se viven experiencias que destacan los auténticos valores de la ciudadanía; y la de Córdoba ha dado muestras siempre de ser una población solidaria y humanitaria. En este caso, han sido los propietarios de los apartamentos turísticos los que han dado el ejemplo, pues fueron varios los que ofrecieron las habitaciones que tenían libres para ponerlas a disposición de los viajeros que se habían quedado colgados en la estación de Córdoba.

Uno de estos ejemplos es el de Rafael de la Bastida y su familia quien, según ha explicado a este periódico, al conocer que en la estación de tren de Córdoba había cientos de personas refugiadas ante la paralización de los servicios ferroviarios y que iban a pasar la noche en ella, se dirigieron hasta la misma y buscaron a aquellos viajeros más vulnerables, “con niños pequeños y personas mayores”, aclara de la Bastida, y les ofrecieron llevarlos a sus establecimientos.

Así, que, en su caso, acogieron a una familia de Vigo que estaba alojada en Sevilla, desde donde partían de regreso el martes por la mañana. “Les ofrecimos alojamiento y les buscamos un taxi para que pudieran estar en Sevilla temprano, porque los equipajes los tenían en un hotel” de aquella ciudad. También dio alojamiento a un matrimonio que tenía un niño de cuatro meses. El empresario explica que a sus huéspedes les facilitó baterías para cargar los móviles, comida, velas, cerillas y bombillas que funcionan con su propia batería, lo que, sin duda, les ayudó a pasar mejor la noche.

La radio de Dublín se hace eco

Otro ejemplo, que en este caso ha llegado hasta una radio de Dublín, fue el de la familia de Francisco Cortés, quienes no dudaron en acercarse con sus coches hasta la estación y ofrecer las habitaciones de sus negocios a 8 personas. Al llegar a la estación, según recuerda Francisco, explicaron a la Policía sus intenciones y accedieron al recinto haciendo el ofrecimiento. En total, formaron un grupo compuesto por dos chicas de Barcelona; dos franceses; y una madre y sus hijos de Noruega, que pretendía regresar a Málaga que era donde se hospedaba porque habían llegado para conocer la ciudad de Córdoba; y dos mujeres más, de Navalmoral de la Mata.

A todos ellos, explica el empresario, “les dimos todo lo que pudimos”. Así, dispusieron “de la cocina de verano que tenemos nosotros y mi mujer se puso a cocinar macarrones y sacó atún, tomate, queso y embutido”, con lo que compartieron la cena. La velada se completó con un baño en la piscina, porque “sacamos todo el arsenal de bañadores que teníamos”. Esta experiencia ha llegado hasta una radio irlandesa, porque en este negocio tenían una cliente (desde antes del apagón) de aquel país que para ponerse en contacto con su familia se dirigió a una emisora de Dublín en la que no solo pudo dar señales de vida a su gente, sino que contó la experiencia solidaria que había presenciado en el Airbnb que se alojaba en Córdoba, solidaridad a la que ella misma se sumó colaborando en la elaboración de la cena y ejerciendo de intérprete entre alojados y anfitriones.  

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