Reportaje

Oposiciones a celador en Córdoba: a la caza de una plaza fija para toda la vida

El SAS celebra las primeras pruebas de su oferta de empleo público

Oposiciones del SAS en Córdoba

Víctor Castro

Noelia Santos

Noelia Santos

Córdoba

Varias facultades de la Universidad de Córdoba (UCO) eran en la mañana de este sábado un lugar de trasiego y nervios. Rabanales, Medicina y Educación ha sido las sedes donde el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha iniciado las oposiciones de la oferta de empleo público de este año, las de celador y las de celador conductor. Algunos iban a probar suerte, otros se han hartado de hincar los codos durante meses. El objetivo: una plaza fija en la administración pública que, en los tiempos que corren, es el objeto del deseo de muchos.

En la facultad de Ciencias de la Educación, Turismo y Medicina se llevaban a cabo las de conductor, mientras que en Medina y Rabanales se celebraban las de celador normal. Repasos de última hora y dudas que surgen cuando la seguridad desaparece hacían acto de presencia en las sedes cordobesas del examen, a las que se han sumado muchísimas más repartidas por toda Andalucía.

Sensaciones

"Yo creo que me lo sé, pero llegas y te pones delante del examen y todo puede pasar", comentaba una de las aspirantes a la espera de que la llamaran a su aula. Es complicado obtener la plaza por mucho que se haya estudiado, pues los aspirantes apuntados no son pocos: más de 30.000. En juego, 1.225 plazas (175 de promoción interna) y 26 para personas con discapacidad intelectual (con cuatro de promoción interna).

Aspirantes congregados a las puertas de un aula.

Aspirantes congregados a las puertas de un aula. / Víctor Castro

A la salida todo eran consultas. Algunos tenían la opinión de que el examen no había tenido mucho sentido: "Tres preguntas de funciones de celador de un total de 53", comentaba un chaval a su acompañante, que preguntaba: "¿Muchas de leyes?". Pero no, no ha habido tantas preguntas de leyes, sino muchas de "mantenimiento, almacén y residuos", aclaraba el primer joven. En general, eso sí, la opinión más extendida es que la prueba había sido "bastante asequible".

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