Entrevista | Chema Conesa Comisario de la exposición ‘Creadores de conciencia’

«La lectura de una fotografía tiene que ver con la empatía»

El Centro Rafael Botí exhibe el trabajo de 40 fotoperiodistas durante 20 años de labor en el frente

Chema Conesa, comisario de la exposición 'Creadores de conciencia'

Chencho Martínez

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

Córdoba

-¿De qué forma quiere crear conciencia la exposición?

-La conciencia es sobre lo que sucede en el mundo, es decir, creo que somos una sociedad rica, entre comillas, comparativamente, y vivimos tiempos de nuevos ricos. Nos gusta darnos placeres y la conciencia tiene un grave problema y es que enseguida trata de olvidar lo que no le gusta. El tema de los populismos que están pasando ahora mismo es que la gente quiere oír con lo que está de acuerdo y se ha demostrado en encuestas y en trabajos que la gente abraza el populismo porque le dicen exactamente lo que quieren oír. ¿Qué hace la fotografía de prensa? Enseñar cosas que no se quieren ver porque son incómodas y te obligan a decir: qué hago yo ante esto, dónde estoy yo como ser humano ante estas barbaridades. La conciencia es una cosa particular, está claro que durante cada imagen cada persona va a reaccionar de forma diferente, según su forma de ser. Porque las fotografías no afirman, las fotografías se exponen, sugieren una situación y la lectura de esa situación tiene que ver con la empatía, con la sensibilidad y con la humanidad de la persona que las contempla.

-¿Es una llamada también a la acción de las autoridades más allá de la sociedad?

-Yo creo que esto siempre hace bola. En este sentido, debemos ser responsables de que, cada día más, un resfriado en Indochina resulta una epidemia en el polo opuesto del mundo, es decir, estamos todos interconectados. Se está viendo en este momento con los famosos aranceles de Trump que hasta al mismo Trump le van a hacer daño. El mundo funciona así. Desde que tenemos tecnología para hablar en tiempo real con la otra parte del mundo, quiere decir que en ese mismo momento podemos hacer negocios o podemos mandar un misil. Y ahora mismo que vivimos un mundo tan absolutamente fastidioso con el tema de la realidad y de la verdad de la realidad, tenemos que dar ese ánimo a los fotógrafos de prensa que nadie los conoce, se juegan la vida, están en primera de estos conflictos y la sociedad en muchos casos pasa absolutamente de eso.

-¿Qué importancia tiene que esta exposición, que abarca todo esto, esté precisamente en un seminario que lleva el nombre de Julio Anguita Parrado?

-Pues es reforzar la idea de los profesionales que, como Julio, tuvieron la inmensísima mala suerte de morir en un conflicto. Yo estuve con Julio Anguita en Nueva York unos meses antes de irse a este fin que le llevó esta guerra, donde acabó encontrando la muerte tan fatídicamente. Y él estaba ilusionado por hacer esta guerra. Él estaba ilusionado porque iba a haber un conflicto que no había forma de acercarse a él si no era a través de estar metido en el ejército americano. Tuvo que hacer incluso ejercicios dentro de la estructura del ejército. Todo esto que sucede en un momento donde se está recordando la figura de Julio Anguita, pues yo lo veo muy interesante, porque al final es remar en la misma dirección. Porque esta sociedad necesita que todos remen en la misma dirección. Y yo creo que una de las importancias que debemos darle a los tiempos que vivimos es al periodismo, a la seriedad del periodismo. El periodismo que hace oficio, un oficio que cuenta la realidad de las cosas tal como los profesionales la ven.

-Y en esta vorágine de cambios, de desinformación, ¿qué situación vive el periodismo y el fotoperiodismo en concreto? ¿Cree que goza de salud?

-No goza de salud, goza de la misma salud que tienen los medios. Es decir, tenemos un problema. Una sociedad bien pensante que tiene miles de formas de informarse empieza a aburrirse de los periódicos serios o de los periódicos que gastan muchísimo dinero para contar una historia. ¿Por qué? Pues porque se ven abocados a lo que sucede. El capitalismo está obligando a que los periódicos ahorren. ¿Cómo ahorran? Pues incorporando a veces, de forma errónea, informaciones que vienen de redes sociales que no están justificadas y no están chequeadas. Y esto hace que los periodistas ahora mismo sean el centro de atención para sostener la veracidad de las informaciones. Pero más que nunca, el periodista tiene que ser un hombre absolutamente comprometido con su oficio y el oficio te dice claramente lo que es o no es noticia y lo que tú puedes hacer para que esa noticia no se desvirtúe. Yo creo que es eso, cada vez más, profesión, profesión, profesión.

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