Educación

Los grados más feminizados de la Universidad de Córdoba obtienen mayor rendimiento académico

Carreras con más presencia de mujeres como Enfermería, Medicina, Educación, idiomas o Filologías tienen mejores notas nTambién llama la atención su mayor tasa de éxito en aquellas donde son minoría

Un grupo de alumnas en una clase de la UCO.

Un grupo de alumnas en una clase de la UCO. / A. J. González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Córdoba

La presencia de mujeres en las aulas de la Universidad parece ser sinónimo de éxito, de mejores notas y mayor rendimiento académico. Esa es una de las principales conclusiones derivadas del análisis de la estadística de resultados del curso 2024-25 realizada por la Universidad de Córdoba (UCO), que da una idea de que, aunque los estereotipos de género siguen presentes también en el ámbito universitario, las féminas no tienen nada que envidiar, muy al contrario, a los hombres en su paso por las aulas. De hecho, son las carreras más feminizadas las que obtienen una tasa de rendimiento académico más elevado, por encima del 90%, por lo que concentran las calificaciones más altas de la Universidad.

Destacan grados como el de Enfermería y Medicina, donde la presencia de mujeres es aplastante y donde, al igual que en Fisioterapia, las notas de corte garantizan que entren los mejores candidatos, por lo que no hay mucha diferencia entre hombres y mujeres. Por encima del 90% en niveles de rendimiento están todos los grados de Educación y Psicología, igualmente feminizados, en los que las mejores notas corresponden a las mujeres. La misma situación se produce en grados de idiomas como el doble de Estudios Ingleses y Educación Primaria o el doble de Traducción e Interpretación y Estudios Ingleses.

La vicerrectora de Igualdad, Sara Pinzi, afirma con rotundidad que «las mujeres tienen en líneas generales un rendimiento académico más alto que los hombres», si bien advierte que las estadísticas «son delicadas porque no es igual analizar un grado con muy pocos estudiantes como algunos dobles que tienen veintipocos alumnos que uno con varios cientos como Enfermería o Medicina».

Tasa de rendimiento por sexo y titulación en los grados de la UCO.

Tasa de rendimiento por sexo y titulación en los grados de la UCO. / CÓRDOBA

Las carreras en las que son minoría

También apunta que hay carreras en las que las mujeres son minoría como las ingenierías, en parte, debido a los estereotipos de género que aún se mantienen, en las que ellas obtienen promedios muy elevados en tasa de rendimiento y de éxito académico (el primero está vinculado a las asignaturas matriculadas y el segundo, a las asignaturas evaluadas, ya que hay alumnos que se matriculan de más asignaturas de las que finalmente se examinan). «En carreras como Ingeniería Civil, Ingeniería Informática, Ingeniería de la Energía y Recursos Minerales, Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural e Ingeniería Mecánica, en las que las estudiantes han estado tradicionalmente infrarrepresentadas, se aprecia, aunque los valores no son muy elevados, un mayor éxito entre las mujeres», comenta, «este fenómeno puede explicarse a partir de diversas investigaciones que han analizado el impacto de los estereotipos de género en la elección y desempeño académico».

Rectorado de la Universidad de Córdoba.

Rectorado de la Universidad de Córdoba. / CÓRDOBA

El "síndrome del impostor"

Esos estudios, según Pinzi, demuestran que «en las carreras tradicionalmente masculinizadas, las mujeres suelen experimentar un fenómeno conocido como «síndrome del impostor» o «efecto umbral», según el cual solo deciden postularse o permanecer en estas disciplinas cuando tienen una alta autopercepción de competencia». Es decir, dado que socialmente se asocian las ingenierías y las ciencias tecnológicas a habilidades masculinas, «muchas mujeres se sienten obligadas a demostrar un desempeño excepcional para justificar su presencia, lo que hace que, a pesar de que las notas de corte son bajas, solo se decidan a cursar estos estudios aquellas que han superado un proceso de autoevaluación riguroso y consideran que están a la altura en materias como las matemáticas». Esto excluye de las aulas a las mujeres con un rendimiento quizás no tan excelente, que ni se plantean la elección, a diferencia de los hombres, que no se someten a un examen tan exigente a la hora de elegir carrera. En el caso inverso, cuando hay una minoría de hombres en una carrera con mayoría aplastante de mujeres, como las sanitarias, la elección se basa más en la vocación y no existen tales dudas sobre si ellos estarán a la altura de ellas en la carrera. La UCO está llevando a cabo una campaña para intentar que las estudiantes se permitan relajar esos niveles de autoexigencia tan elevados en el acceso al mundo académico y laboral, «que derivan en problemas de frustración y de salud mental», señala.

"Muchas mujeres se sienten obligadas a demostrar un desempeño excepcional para justificar su presencia en ingenierías o ciencias tecnológicas"

Sara Pinzi

— Vicerrectora de Igualdad de la UCO

Pinzi apunta además que los mejores resultados que se suelen dar en las carreras más feminizadas tienen que ver con que las mujeres están más acostumbradas a trabajar en equipo, establecen redes, comparten apuntes y practican un modelo menos competitivo que los hombres, lo que contribuye a elevar el nivel general en las aulas. Los grados con menor rendimiento académico (por debajo del 50%) son Ingeniería Forestal, Ingeniería Eléctrica y el doble de Ingeniería de la Energía y Recursos Mineras e Ingeniería Civil, con un alto volumen de abandono de asignaturas de las que el alumnado ni siquiera se examina. «Esto supone un problema muy importante que exige un análisis sobre las exigencias y expectativas del grado y una autocrítica del profesorado, ya que el objetivo siempre debe ser que los estudiantes se examinen y aprueben», concluye.

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