Reportaje

Un año de cultura y estudio en la Biblioteca Grupo Cántico

Tras dos décadas de proyecto, el 7 de febrero de 2024 este espacio situado en los Jardines de la Agricultura abrió sus puertas

Imagen de la Biblioteca Grupo Cántico.

Imagen de la Biblioteca Grupo Cántico. / Manuel Murillo

Adrián Ramírez

Adrián Ramírez

Córdoba

Mañana 7 de febrero, la Biblioteca Grupo Cántico celebra su primer aniversario desde su apertura, tras dos décadas de gestación hasta que, finalmente, se hizo realidad. En su primer año de funcionamiento, más de 220.000 personas han visitado sus instalaciones de más de 7.000 metros cuadrados, según los últimos datos de la Junta de Andalucía. Además de ser la sala de estudio más espaciosa y moderna de la ciudad, la biblioteca se ha consolidado como un importante centro de difusión cultural.

Según los datos oficiales, durante el último año, la Biblioteca Grupo Cántico registró un total de 224.557 visitas. En este sentido, la Junta valora como unos resultados «extraordinariamente positivos». «Contamos con unas instalaciones que nos permiten atender las demandas de información, conocimiento y ocio de la población haciendo accesible a la misma a todo tipo de registros culturales», resume la institución autonómica.

Sala de estudio de la biblioteca.

Sala de estudio de la biblioteca. / Víctor Castro

El centro cuenta con un fondo de más de 240.000 archivos y, desde su inauguración, ha promovido un programa de actividades en constante renovación. En este sentido, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, reivindicó que las bibliotecas no deben ser meros «templos para albergar libros», algo que esta institución ha demostrado organizando talleres de lectura, conferencias, presentaciones de libros y otras actividades que han dotado al espacio de una función dinámica más allá del estudio. Respecto a la programación para este año, la Junta asegura que se incide fundamentalmente «en dar a conocer a los centros docentes las posibilidades que les ofrece la biblioteca a través de los distintos servicios que prestamos». Y destaca que se celebrará en marzo y abril «efemérides significativas para la biblioteca como el Día de la Poesía, el Día del Cómic o el Día del Libro Infantil».

Dos décadas de proyecto

La apertura de la biblioteca puso fin a un proyecto iniciado en 2004, que en principio debía materializarse en cinco años. Sin embargo, diversas circunstancias retrasaron su construcción. En 2014, el Ministerio de Cultura adjudicó la obra, pero los hallazgos de una necrópolis romana, integrada en la planta baja del complejo, y posteriormente de un sarcófago romano, ralentizaron su ejecución. En octubre de 2016, la construcción se paralizó con un avance del 56%, y no fue hasta marzo de 2019 cuando se reanudaron los trabajos, finalizando casi cinco años después. En total, la infraestructura ha supuesto una inversión total de alrededor de 20 millones de euros.

Necrópolis hallada nada más empezar las obras de la biblioteca en 2014.

Necrópolis hallada nada más empezar las obras de la biblioteca en 2014. / A.J. GONZÁLEZ

Algunos problemas a resolver

Los usuarios, en general, valoran positivamente las instalaciones, destacando que están «limpias y cuidadas», y que «no suele haber demasiada gente, por lo que es fácil encontrar mesas libres» tanto para estudiar como para realizar trabajos o leer.

Un grupo de estudiantes de la Universidad Loyola, reunidos en la planta baja, comenta: «Tenemos turno de tarde y venimos aquí a hacer los trabajos. Nos gusta porque está céntrica, hay buen ambiente y, cuando terminamos, vamos a comer cerca antes de ir a clase». La ubicación también es un factor clave para Marisa Hernández, quien afirma: «Cuando acabo de estudiar por las tardes, me gusta tomar algo por el Vial con mis amigas». Además, destaca que «pese a ser un edificio tan grande, todo está relativamente a mano y hay actividades constantemente».

En la planta superior, Miguel Suárez, que se prepara para unas oposiciones, elige una mesa apartada y explica: «Hay otras bibliotecas más cercanas a mi casa, pero prefiero esta porque la luz natural es excelente». Rafa Pérez, estudiante de Ingeniería Electrónica, también prefiere la luz natural y suele estudiar en una de las mesas junto a los ventanales de la primera planta: «Me relaja mucho estar con mi música y ver el parque». Tanto él como Lucía Collado, otra opositora, coinciden en que «las zonas de estudio son muy modernas y bien equipadas». Lucía, sin embargo, admite que no la frecuenta demasiado, aunque reconoce que «es una biblioteca espaciosa y poco masificada».

Un hombre en el interior de la biblioteca.

Un hombre en el interior de la biblioteca. / MANUEL MURILLO

Entre las críticas, la principal queja está relacionada con el horario. «Cuando tengo que estudiar hasta tarde, voy a la biblioteca de Medicina», comenta Rafa, una opinión compartida por Nicolás Sánchez, quien además señala que, «aunque las instalaciones son modernas y los enchufes funcionan bien, es fácil distraerse porque desde la sala principal ves quién entra y sale del edificio».

Por su parte, Joaquín y Elisa, estudiantes de Magisterio, se quejan del ruido: «Al estar todos los espacios conectados, cualquier sonido se amplifica más de lo deseado». Además, lamentan que «el personal no interviene cuando la gente habla y no respeta el silencio».

A pesar de algunos aspectos a mejorar, la Biblioteca Grupo Cántico se ha consolidado en este año como un espacio clave en la ciudad, tanto para estudiantes como para otro tipo de públicos, combinando modernidad, funcionalidad y una amplia oferta cultural.

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