Sucesos

La Policía investiga un intento de extorsión a los padres de Paco Molina de 3.000 dólares

"Desgraciadamente tenemos que sufrir este tipo de acoso de desalmados", ha afirmado el padre

Los padres de Paco Molina atienden a los medios el pasado marzo; al fondo, pancartas de la causa y fotos de desaparecidos.

Los padres de Paco Molina atienden a los medios el pasado marzo; al fondo, pancartas de la causa y fotos de desaparecidos. / Víctor Castro

Paula Lara

Paula Lara

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) ha abierto una investigación para aclarar el intento de extorsión, denunciado por el padre del desaparecido Paco Molina, respecto a una llamada telefónica que recibió el pasado sábado en la que una voz con acento latinoamericano aseguraba que tenían secuestrado a su hijo y que tenía que pagar 3.000 dólares para que lo soltaran.

No es la primera vez que los padres de Paco Molina reciben este tipo de llamadas en los nueve años ya de ausencia de su hijo, pero "te machaca aún más, porque primero te dan esperanzas, ya que te cuentan que tu hijo está bien, que está trabajando con ellos y te lo crees que es totalmente cierto hasta que te piden el dinero. Es tremenda la decepción que te llevas cuando te piden dinero", asegura Isidro Molina.

Los padres de Paco Molina, con una foto de su hijo, en una imagen de archivo.

Los padres de Paco Molina, con una foto de su hijo, en una imagen de archivo. / CÓRODBA

Vivir en un vilo constante

En la llamada telefónica, le pidieron a los padres que hicieran una transferencia on line y para ganar tiempo le contestaron que hasta este lunes no podían hacerla y también quisieron que les enviaran una foto actual de su hijo. "Vivimos en un vilo constante desde hace nueve años y no tenemos más remedio que coger siempre el teléfono por si hay noticias de Paco, pero es muy desagradable tener que enfrentarse a este tipo de desalmados", continúa Isidro Molina.

Al comprobar la persona que llamaba que el padre de Paco le estaba dando largas, "cambió el tono de la voz y ya me contestaba airado. Me ofreció la posibilidad de que el dinero lo transfiriera un amigo suyo y luego él se lo devolvería. Como iba transcurriendo la conversación me di cuenta de que algo fallaba y de que no solo no le iba a mandar el dinero, sino que cuando colgara iba a informar de lo sucedido a la Policía", explica el padre de Paco Molina, cuya pista se perdió el 2 de julio de 2015.

"No saben el dolor y el daño que provocan este tipo de desaprensivos, pero no van a coger ni un duro de nuestra parte", concluye Isidro Molina.

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