Las infecciones de transmisión sexual se disparan y crecen casi un 1.000% en Córdoba

A pesar de que cada vez existe más información sobre cómo prevenir las enfermedades e infecciones de transmisión sexual, estas patologías no dejan de crecer. Y esto está ocurriendo en la mayoría de países desarrollados, incluida España, y también en Andalucía y Córdoba. Según los datos publicados por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, en Córdoba se contabilizaron en 2008 un total de 27 casos de infecciones de transmisión sexual (ITS). En años sucesivos, la incidencia de estas infecciones no experimentaron demasiados cambios, pues en 2009 hubo otros 27 casos; en 2010 fueron 36; en 2011, 32, y en 2012, 15. 

Sin embargo, en la última década se ha comenzado a notar un crecimiento muy significativo de este tipo de enfermedades, de forma que en 2013 ya hubo 60 casos, en 2014 subió la cifra a 86; en 2015 llegó a 91; en 2016 aumentó a 93; en 2017, ya se superó el centenar, llegando a 104 casos, mientras que en 2018 hubo 118 registros y en 2019, 158. 

Exceptuando 2020, que por el periodo que hubo de confinamiento por la pandemia, se redujeron los casos en la provincia de Córdoba a 101, a partir de ahí la subida ha sido exponencial, de forma que en 2021 la Consejería de Salud contabilizó 193 personas afectadas por una ITS; en 2022 fueron 253 y en 2023 la incidencia se incrementó hasta los 621 casos, lo que supone que entre 2013 y 2023 las personas que sufrieron una infección de este tipo han sido casi un 1.000% más, en concreto un 931% de subida. Si bien es cierto, que en una radiografía sobre estas infecciones que hizo Diario CÓRDOBA hace 5 años la Consejería de Salud reconocía que, en el caso concreto de Córdoba, podía haber habido un infradiagnóstico de las ITS, de ahí que podría explicarse en parte la gran subida, aunque no por ello el aumento tan elevado deje de ser significativo. 

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Situación en Andalucía

En el caso de Andalucía, el crecimiento de las infecciones de transmisión sexual en los últimos diez años ha sido del 395%, al pasar de 2.492 (dato de 2013) a 12.336 (balance de 2023). La evolución al alza de la incidencia se concentra, sobre todo, en Cádiz, Granada, Málaga y Sevilla. En Cádiz hubo 196 declaraciones de infecciones de transmisión sexual en 2013 y en 2023 fueron 2.434, lo que implicó un incremento del 1.140%; en Granada han subido en la última década las ITS un 1.419%, al pasar de 117 casos en 2013 a 1.770 en 2023, mientras que en Málaga el ascenso ha sido del 177%, pues en 2013 se registraron 636 personas afectadas y en 2023 fueron 1.763, y en Sevilla, el aumento ha sido del 216%, ya que en 2013 se dieron 1.175 declaraciones de ITS y en 2023 fueron 3.717. 

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La gonorrea se sitúa a la cabeza

De los 621 casos que Salud anotó en 2023 en Córdoba, un 70,9% afectaron a hombres, 439, y los 182 (29,1%) restantes a población femenina. De entre las infecciones de transmisión sexual de declaración obligatoria que se anotaron en la provincia destacan las relativas a gonorrea, que fueron 207, de los que 170 afectaron a hombres y 37 a mujeres. Le siguió en incidencia la clamidia, con 87 hombres y 60 mujeres afectadas en la provincia. El tercer lugar lo ocupó la sífilis, con 145 casos, 126 en hombres y 19 en mujeres; en cuarta posición se situó el herpes genital, con 69 diagnósticos, 12 en hombres y 57 en mujeres, mientras que de VIH-sida hubo 44 casos, 35 en hombres y 9 en mujeres.  

La especialista de la unidad de enfermedades infecciosas del hospital universitario Reina Sofía Diana Corona precisa que las ITS se transmiten en su mayoría de una persona a otra durante las relaciones sexuales. Se previenen con el uso del preservativo y están causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. Entre las más frecuentes están el VIH, sífilis, gonorrea, clamidia, herpes genital, virus del papiloma humano o hepatitis B.

Explicación a la subida

La doctora Corona y su compañera en la Unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital Reina Sofía Ángela Camacho señalan que, entre las causas del repunte de casos de ITS está en el hecho de que se viaja más, se multiplican las formas de contacto, a través de internet y de las redes sociales, con personas con las que se pueden tener relaciones sexuales esporádicas y no volver a verlas, al mismo tiempo, que ha habido una cierta relajación de la percepción del riesgo al comprobar la población que hay más posibilidades de abordar las enfermedades de transmisión sexual complejas, como es el caso del sida, y eso les lleva a no usar el preservativo o a no adoptar otras medidas preventivas. 

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Además, el auge del chemsex -combinación de relaciones sexuales con el uso de algunas drogas para facilitar, potenciar o prolongarlas, a veces durante más de un día-, también está propiciando el alza de las ITS.  

A veces son asintomáticas

Por otro lado, ambas doctoras inciden en que la población vive más años, por lo que la actividad sexual se prolonga y da más tiempo a tener más parejas distintas si así se desea. A esto se une el hecho de que un buen número de enfermedades de transmisión sexual son asintomáticas, lo que puede hacer más difícil su diagnóstico precoz y a la vez favorece que sigan transmitiéndose al no conocerse su existencia. De ahí, que también continúe habiendo infradiagnóstico de estas infecciones, aunque se haya avanzado gracias a la existencia de un protocolo en el sistema sanitario, mediante el que bajo la confidencialidad del paciente con la infección, se accede a los contactos sexuales que ha tenido para advertirles del riesgo al que han estado expuestos y animarles a que acudan a un centro sanitario a hacerse pruebas que descarten una ITS.  

Tipos de ITS

Las ITS se dividen en dos grupos: las habituales o clásicas y las emergentes. En el primer grupo, hay ocho, cuatro de ellas curables y otras cuatro sin tratamiento disponible para erradicarlas. Con curación posible están la clamidia, gonococo (gonorrea), tricomoniasis y sífilis, y las más difíciles o sin cura, que pueden causar patologías más graves, son el VIH, hepatitis B, VHP (virus del papiloma humano) y el herpes genital. Por su parte, entre las ITS emergentes está el linfogranuloma venéreo, del que se detectaron en Córdoba 8 casos en 2022 y 9 en 2023, mientras que en Andalucía fueron 167 en 2023 (de los que 164 casos afectaron a hombres y 3 a mujeres, ya que surge sobre todo a raíz de relaciones entre hombres). 

Población más perjudicada

Diana Corona y Ángela Camacho destacan que la mayoría de enfermedades de transmisión sexual surgen con más frecuencia entre los 25 y los 45 años, mayoritariamente en hombres, excepto la infección por clamidia, y hacen hincapié en que cualquier persona sexualmente activa que haya mantenido una relación sexual sin protección está expuesta a contagiarse de una ITS. 

Además, algunas de estas patologías, como la sífilis, tienen un periodo de latencia, es decir que puede que no sea detectada hasta que pasen años. En cuanto al abordaje sanitario y médico de las ITS, cuando llega un posible caso de infección por transmisión sexual a una consulta de atención primaria, a unas urgencias o a un hospital, como se trata de una enfermedad de declaración obligatoria, se le realizará a esta persona una historia clínica detallada, una exploración física y se le tomarán las muestras para microbiología que correspondan y, si procede, se le derivará al especialista y se le indicará el tratamiento que se determine.

Los síntomas

Los síntomas más habituales de las ITS son lesiones de la piel como úlceras, llagas, granos o verrugas, sobre todo alrededor o en genitales, boca y ano; dolor abdominal en las mujeres; dolor o molestias durante la relación sexual; flujo vaginal o por el pene; dolor y ardor al orinar, así como fiebre y malestar general. Las ITS de origen bacteriano se suelen tratar con antibióticos, mientras que las que están causadas por virus con antivirales. 

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Detección ginecológica

La jefa de Obstetricia y Ginecología del hospital Reina Sofía, Ana Ortiz, indica que, en su servicio, también se está apreciando el incremento del diagnóstico de las infecciones de transmisión sexual en Córdoba, destacando especialmente el aumento de casos de herpes genital y del virus del papiloma humano (VHP). Esta especialista recuerda que, aunque se usen anticonceptivos para evitar un embarazo, el método que previene de la transmisión de infecciones de transmisión sexual, es el preservativo. 

Ana Ortiz remarca que contra el virus del papiloma humano no hay tratamiento, de forma que, aunque el organismo lo elimine, puede causar lesiones en el cuello del útero y ocasionar un cáncer. De ahí, que esta doctora recuerde la importancia de que se vacunen frente al VHP la población para la que está indicada esta vacuna, entre la que se encuentran chicos y chicas adolescentes, y otros grupos de más riesgo, e insta a las mujeres a que se realicen citologías periódicas para descartar la presencia del VHP u otra infección. Por otro lado, esta médica sostiene que la sífilis y la gonorrea pueden afectar a la fertilidad, entre otras consecuencias, de ahí que no deba haber relajación frente a las ITS. 

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