‘Torrepelote’, cuando Córdoba tuvo playa

Un chiringuito, un par de duchas, trampolines para saltar, concursos de castillos de arena, hidropedales... Podría ser la estampa clásica de cualquier playa de España este mes de agosto. La imagen de una población que busca desconectar y escapar del calor en los meses de verano. Pero no, estamos en pleno corazón de Córdoba, concretamente en el Balcón del Guadalquivir y, eso sí, hace más de 50 años. Porque hubo un tiempo en el que la ciudad tenía playa, conocida como Torrepelote. Un espacio de diversión y encuentro que terminó desapareciendo pero que acercó el mar a una generación que veía la playa como algo inalcanzable.

Lo cierto es que desde el siglo XVIII existen registros de que los cordobeses acudían a un arenero situado entre el Molino de Martos y el Balcón del Guadalquivir a refrescarse en los meses de verano. La zona cogió mucha popularidad en la primera mitad del siglo XX. Rafael recuerda cruzar en barca de un extremo al otro del río en aquella época. «Iba con compañeros de la escuela y allí nos juntábamos con chicos de la zona», relata. Para llegar a la playa, explica, «había que pasar entre matorrales y árboles», aunque luego «pasábamos horas allí, nos juntábamos fácilmente más de 15 niños», rememora. No obstante, lamenta que la zona «estaba muy dejada y en malas condiciones».

Precisamente esta fama cada vez mayor y su deficiente estado hizo que en 1951 el Ayuntamiento rehabilitara la playa, que estuvo en funcionamiento hasta 1975. Se adecuó la zona de baño, se añadieron servicios, varios trampolines y hasta chiringuitos.

Aquellas playas que nunca existieron

La playa fluvial de Córdoba era conocida inicialmente como La Molinera, debido a su cercanía con el mencionado molino, aunque pronto recibió el apodo de Torrepelote. El apelativo es una curiosa mezcla entre Torremolinos, localidad malagueña que ya comenzaba a ser popular entre los cordobeses, y pelote, que hacía referencia a las cinco pesetas, o «un pelote» que costaba entrar al recinto.

Como en la Costa del Sol

«Ya tenemos playa», titulaba Diario CÓRDOBA en 1966, tras una de sus inauguraciones. Y es que el espacio tuvo que ser rehabilitado con cierta frecuencia a consecuencia de las crecidas del río y la densa vegetación. «Si en una de las fotos no se advirtiera al fondo la silueta de la torre de la Mezquita-Catedral, más de uno diría que se trata de unas imágenes obtenidas en cualquiera de las playas de la Costa del Sol», señalaba el mencionado artículo.

Un ambiente "magnífico"

«Iba con mi padre y mi hermana, el ambiente era magnífico», rememora emocionado Antonio. Las barcas que cruzaban de un extremo a otro del Guadalquivir eran su entretenimiento preferido. Allí aprendió a nadar él, como miles de cordobeses. Antonio recuerda llevar a la playa neumáticos de coche a modo de flotador. Otro de los entretenimientos en Torrepelote eran los concursos de salto y las carreras a nado: «Un año vino gente de Sevilla y nos ganaron porque tenían práctica, allí había piscinas», explica entre risas Fernando. Este vecino del Campo de la Verdad asegura haber pasado los veranos en este peculiar espacio, en el que también había un chiringuito «donde nos tomábamos una Coca-Cola», evoca. También se celebraban concursos de castillos de arena y se podía montar en hidropedal.

Reportaje | Mítica playa de Córdoba

En 1975 el Ayuntamiento tuvo que cerrar el espacio. «La contaminación del río y el auge del turismo mataron a una playa que iba contracorriente», justifica Julián Hurtado, cronista de la ciudad. Con su clausura murió un lugar que a día de hoy sigue guardando un recuerdo especial para miles de cordobeses que sonríen al rememorar caídas, chapuzones y alguna trastada que corroboran que hubo un tiempo en el que, efectivamente, aquí hubo playa.

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