crónica

Córdoba alarga el adiós a 2023

Tiendas y supermercados llenos, restaurantes a rebosar y un casco histórico lleno de turistas forman la estampa de los últimos días del año

El frío no impide el paseo al sol ni echar el rato con los amigos y la familia

Noelia Santos

Noelia Santos

Córdoba

Un paseo tranquilo, una cola bulliciosa o dos vueltas en el tiovivo de las Tendillas. Todo vale para disfrutar, o intentarlo, cuando el año da ya sus últimos coletazos. El frío que obliga a la camiseta térmica y a las bufandas extralargas no impide a los cordobeses y a los turistas disfrutar del ambiente navideño, porque aquí es Navidad hasta que Baltasar, Gaspar y Melchor, en ese orden y en ningún otro, piquen billete.

Cuando las fiestas caen bien en el calendario no queda más que entregarse al disfrute (quien pueda, claro está, que los hay que trabajan mucho estos días) y darse un paseíto por el centro o por el casco histórico, alargando diciembre hasta donde se pueda y esperando la llegada de un nuevo año con una sonrisa en la cara.

Espectáculo infantil en Orive.

Espectáculo infantil en Orive. / MANUEL MURILLO

Las mejores galas

Compras de última hora, fruterías donde quedan las uvas más feas, esa botella de vino para quedar bien con la familia política o ropa interior de color rojo, que los hay supersticiosos. La previa de Fin de Año se vive en Córdoba en la calle, en las tiendas y en el súper. En los negocios de ropa se juntan aquellos que no quieren dejar la compra de regalos para ultimísima hora, pero que tampoco son los más previsores, con quienes buscan mucho brillibrilli para darlo todo la noche del 31.

Clientas en una tienda de ropa.

Clientas en una tienda de ropa. / MANUEL MURILLO

«Me pedí el vestido por internet, pero no me gusta cómo me queda», comentaba una chica que va a vivir su primera Nochevieja fuera de casa, con sus amigos, en un cotillón de esos de barra libre con entrada a precio desorbitado donde se paga más de lo que se consume sin que eso importe lo más mínimo porque la clave está en crear recuerdos. Se sigue llevando la lentejuela y el brillo, como queriendo dejar claro que cerrar el año no es algo baladí, de ahí que los negocios de ropa luzcan estos días como la calle Cruz Conde desde el 1 de diciembre con el arco de luz y sonido.

En busca de los mejores precios

Y si en las tiendas de ropa hay gente, los supermercados y las plazas de abastos no son menos. Tras la Nochebuena y el día de Navidad, llegan la Nochevieja y el día de Año Nuevo. Son muchos los cordobeses que ya se han aficionado a pasar el almuerzo fuera de casa, a mesa puesta, pero la tradición de cenar y comer en familia en casa de la abuela sigue arraigada con fuerza. Cintas de lomo para rellenar, lubina que está algo más barata que el salmón, unas poquitas de gambas y poco pulpo, que está carísimo, coronarán las mesas estos días.

Y luego, las uvas, que también están carísimas, «pero sin uvas poca Nochevieja vamos a tener», razonaba una clienta en el mercado Sánchez Peña, planteándose si llevarse las moradas en lugar de las verdes «porque es que están a la mitad, pero la verdad, las moradas como que no las veo».

El disfrute

Luego están los que han comprado los regalos por internet y que mañana llegarán a mesa puesta a la cena porque lo de cocinar se lo dejan a la madre y las titas y con el día libre y el sol de justicia es complicado no darse una vuelta y no disfrutar del día de asueto con una cerveza en la mano. Ya quedan pocas comidas de empresa y amigos, pero algunas hay. Por esto mismo sigue siendo complicado encontrar sitio estos días en algún restaurante para comer. «Llamamos como a cinco sitios y en ninguno tenían mesa, está Córdoba que bulle», explicaba un joven a la puerta del Correo, media hora antes de irse al único restaurante donde había conseguido mesa para él y sus nueve amigos.

Colas para entrar a la Mezquita-Catedral.

Colas para entrar a la Mezquita-Catedral. / MANUEL MURILLO

Turismo

Al grupo de los compradores, de los disfrutones o de los trabajadores, se une el de los turistas. Estos días suelen ir mejor en hoteles y apartamentos que los del pasado fin de semana y buena cuenta de ello daban las calles de la Judería, el entorno de la Mezquita-Catedral o el Puente Romano. Muchos visitantes pasaron el día en la capital para luego transportarse a algún pueblo de la provincia donde habían alquilado una casa rural para pasar el Fin de Año, un plan que cada año gana más adeptos.

Lo importante, sea cuál sea el plan, es decir adiós a 2023 saludando a 2024.

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